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Saturday, April 17, 2010


No debemos escuchar a los chismosos que riegan descrédito, puesto que causan separación entre amigos. 

A menudo los calumniadores exageran, desfiguran los asuntos, mienten y dicen muchas cosas que añaden leña al fuego. 

En vez de hablar con alguien cara a cara, murmuran a espaldas de esa persona. 

Frecuentemente se fomentan sospechas que no tienen fundamento. Así, “el calumniador está separando a los que se han familiarizado entre sí”. (Proverbios 16:28.)

 Debemos cuidarnos para no darnos demasiado ni siquiera a la charla ligera. ¿Por qué? Porque el decir algo sin la intención de herir a nadie pudiera causar daño si otros lo repiten.

Los comentarios pudieran adornarse o torcerse al grado de perjudicar la reputación de una persona devota, lo cual sería robarle su buen nombre. 

Si eso ocurriera, ¿cómo se sentiría usted si hubiera dado origen a un cuento o si sólo lo hubiera esparcido?

Pudiera ser que otras personas llegaran a verlo a usted como alguien que perjudica a los demás, y por eso quizás ya no buscaran su compañerismo. 

La próxima vez que se sienta tentado a escuchar chismes, recuerde que es probable que el que se deleita en charlar con usted acerca de las faltas de otros también chismeará acerca de las faltas de usted
.
¡Qué cierto lo que dijo Salomón: “El que cubre una transgresión busca la amistad; pero aquel que sigue mentando el asunto, separa de sí al amigo más íntimo.”!—Pro. 17:9, “Versión Moderna.”

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