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Wednesday, September 29, 2010

Solo unos pocos sobreviven



El paralelo entre los tiempos de Noé y nuestros días no se limita a la maldad de la gente y a su destrucción. Tal como hubo quienes sobrevivieron al Diluvio, habrá quienes sobrevivan al fin del sistema de cosas actual. Los supervivientes del Diluvio fueron personas mansas que no vivieron como el resto de sus semejantes, sino que obedecieron la advertencia divina y se mantuvieron apartados de aquel mundo perverso. “Noé halló favor a los ojos de Jehová” y “resultó exento de falta entre sus contemporáneos”, indica la Biblia (Génesis 6:8, 9). De toda la humanidad, una sola familia, “unas pocas personas, es decir, ocho almas, fueron llevadas a salvo a través del agua” (1 Pedro 3:20). Y Jehová Dios les dio este mandato: “Sean fructíferos y háganse muchos y llenen la tierra” (Génesis 9:1).
La Palabra de Dios nos garantiza que “una gran muchedumbre” saldrá “de la gran tribulación” (Revelación 7:9, 14). ¿Cuántas personas la compondrán? El propio Jesús dijo: “Angosta es la puerta y estrecho el camino que conduce a la vida, y pocos son los que la hallan” (Mateo 7:13, 14). En comparación con los miles de millones de habitantes de la Tierra, serán pocos los que sobrevivan a la venidera gran tribulación. Pero muy bien pudieran tener un privilegio similar al que se otorgó a los supervivientes del Diluvio, a saber, que en su condición de miembros de la nueva sociedad terrestre puedan tener hijos durante algún tiempo (Isaías 65:23).

“Manténganse alerta”

Aunque el Diluvio parezca un acontecimiento remoto, está claro que contiene una advertencia que no debemos pasar por alto (Romanos 15:4). Las semejanzas entre los días de Noé y los nuestros deben hacernos cada vez más conscientes del significado de los sucesos actuales y prepararnos para el momento en que Jesús, como un ladrón en la noche, llegue para ejecutar la sentencia contra los inicuos.
Actualmente, Jesucristo está dirigiendo una enorme obra de edificación espiritual. Con miras a la protección y supervivencia de los adoradores verdaderos, existe un paraíso espiritual semejante al arca (2 Corintios 12:3, 4). Si queremos estar resguardados durante la gran tribulación, debemos permanecer en dicho paraíso. Alrededor de él se extiende el mundo de Satanás, siempre dispuesto a engullir a cualquiera que se adormezca espiritualmente. Por lo tanto, es fundamental que nos ‘mantengamos alerta’ y demostremos estar listos para la llegada del día de Jehová (Mateo 24:42, 44).

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