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Sunday, March 13, 2011

¿Quién es Jesucristo?


 
SEGÚN fuentes históricas confiables, hace más de dos mil años nació un varón llamado Jesús en Belén, pequeña localidad de Judea. En aquella época, el rey Herodes el Grande gobernaba en Jerusalén y César Augusto era emperador de Roma (Mateo 2:1; Lucas 2:1-7). La mayoría de los historiadores romanos de los primeros dos siglos evitaron toda mención de Jesús, pues en aquel tiempo los dirigentes romanos estaban tratando de suprimir el cristianismo.
 
Por otro lado, la obra The Historians’ History of the World (La historia universal vista por historiadores) hace la siguiente observación: “El impacto histórico de las actividades [de Jesús] fue más trascendental —incluso desde un punto de vista estrictamente seglar— que los hechos de cualquier otro personaje de la historia. 

Su nacimiento dio origen a una nueva era reconocida por las principales civilizaciones del mundo”.
 
Como señaló la revista Time, se han escrito más libros acerca de Jesús que de cualquier otra persona de la historia. Muchos de ellos se centran en su identidad, en quién fue en realidad. Probablemente este sea el tema que más polémica ha suscitado en toda la historia.
 
Primeras preguntas en cuanto a su identidad
 
Cuando a María se le dijo que tendría un hijo y que debería llamarlo Jesús, ella preguntó: “¿Cómo será esto, puesto que no estoy teniendo coito con varón alguno?”. El ángel Gabriel le dijo: “Poder del Altísimo te cubrirá con su sombra. Por eso, también, lo que nace será llamado santo, Hijo de Dios” (Lucas 1:30-35).
 
Tiempo después, Jesús llevó a cabo milagros que dejaron maravillados a sus apóstoles. En cierta ocasión, ante una fuerte tempestad que amenazaba con hundir su embarcación en el mar de Galilea, Jesús calmó las aguas con la reprensión: “¡Silencio! ¡Calla!”. Atónitos, los apóstoles exclamaron: “¿Quién, realmente, es este?” (Marcos 4:35-41; Mateo 8:23-27).
 
Las preguntas acerca de la verdadera identidad de Jesús se hicieron muy comunes entre las personas de su tiempo. Por eso, en una ocasión, Jesús preguntó a sus apóstoles quién decía la gente que era él. Ellos respondieron: “Algunos dicen Juan el Bautista; otros, Elías; otros más, Jeremías o uno de los profetas”, todos los cuales ya habían muerto para aquel tiempo. A continuación, Jesús preguntó: “‘Pero ustedes, ¿quién dicen que soy?’. En contestación, Simón Pedro dijo: ‘Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios vivo’”. Hasta los demonios, los ángeles perversos, admitieron: “Tú eres el Hijo de Dios” (Mateo 16:13-16; Lucas 4:41).
 
Qué dijo Jesús sobre su identidad

Aunque Jesús rara vez se refirió a sí mismo como el Hijo de Dios, sí reconoció que lo era (Marcos 14:61, 62; Juan 3:18; 5:25, 26; 11:4). Ahora bien, casi siempre se presentó como “el Hijo del hombre”, con lo que puso de relieve su nacimiento humano, el hecho de que era en realidad un hombre. De este modo mostró que él era el “hijo del hombre” a quien Daniel había visto en visión compareciendo ante el Dios todopoderoso, “el Anciano de Días” (Mateo 20:28; Daniel 7:13).
 
En vez de proclamar que era el Hijo de Dios, Jesús dejó que la gente llegara a esa conclusión por sí misma. 

Y así sucedió en el caso de algunas personas que no fueron sus apóstoles, como Juan el Bautista y Marta, una amiga de Jesús (Juan 1:29-34; 11:27). La gente se convenció de que Jesús era el Mesías prometido. 

Además, más tarde supieron que antes de venir a la Tierra había sido un poderoso ser celestial y que Dios había transferido su vida a la matriz de la virgen María (Isaías 7:14; Mateo 1:20-23).
 
Parecido al primer hombre, Adán

Jesús fue similar a Adán en muchos sentidos. Por ejemplo, ambos fueron seres perfectos que no tuvieron padre humano (Génesis 2:7, 15). Por ello, la Biblia llama a Jesús “el último Adán”, un hombre perfecto que podría servir de “rescate correspondiente”. La vida de Jesús correspondía a la del “primer hombre, Adán”, a quien Dios creó como ser humano perfecto (1 Corintios 15:45; 1 Timoteo 2:5, 6).
 
En la Biblia se llama al primer Adán “hijo de Dios” (Lucas 3:38). Sin embargo, Adán perdió esa preciada relación con el Creador cuando le desobedeció a sabiendas. Por otro lado, Jesús fue siempre fiel a su Padre celestial, y siguió siendo el Hijo aprobado de Dios (Mateo 3:17; 17:5). La Biblia dice que todo el que ejerce fe en Jesús y lo acepta como su Salvador puede recibir vida eterna (Juan 3:16, 36; Hechos 5:31; Romanos 5:12, 17-19).
 
No obstante, hay quienes sostienen que Jesús no es simplemente el Hijo de Dios, sino que es el propio Dios. Afirman que tanto él como su Padre son el Dios todopoderoso. ¿Están en lo cierto? ¿Es Jesús de algún modo parte de Dios? ¿Es eso lo que dijo Jesús o alguno de los escritores de la Biblia? En realidad, ¿quién es el único Dios verdadero? ¿A quién identificó Jesús como tal? Veamos este asunto con más detenimiento.

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