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Saturday, April 23, 2011

Luc. 1:76—Luke 1:76.

Sábado 23 de abril
Serás llamado profeta del Altísimo (Luc. 1:76).
Los profetas eran voceros inspirados por Jehová y proclamaban “las cosas magníficas de Dios” (Hech. 2:11, 16, 17). Además de anunciar lo que ocurriría en el futuro, revelaban diversos aspectos del propósito de Jehová y daban a conocer las sentencias divinas. En el siglo primero antes de nuestra era, Zacarías, el padre de Juan el Bautista, actuó como profeta al hablar de su hijo y revelar lo que Dios le tenía preparado. Juan el Bautista, por su parte, anunció la tan esperada llegada del profeta predicho por Moisés: Jesucristo (Juan 1:23-36). Jesús, por supuesto, también fue profeta: habló de su propia muerte y predijo dónde, cómo y a manos de quién moriría (Mat. 20:17-19). Además, para sorpresa de quienes lo escuchaban, Jesús profetizó la destrucción de Jerusalén y de su templo (Mar. 13:1, 2). Y algunas de sus profecías se están cumpliendo en nuestro tiempo (Mat. 24:3-41).


Saturday, April 23
You will be called a prophet of the Most High.—Luke 1:76.
A true prophet is an inspired spokesman for Jehovah, one who proclaims “the magnificent things of God.” (Acts 2:11, 16, 17) Among other things, his prophesying could include announcing future events, revealing aspects of Jehovah’s purpose, or proclaiming God’s judgments. In the first century, Zechariah acted as a prophet in revealing God’s purpose regarding his son, John. That son became John the Baptizer, who announced the coming of the long-awaited prophet greater than Moses—Jesus Christ. (John 1:23-36) As a prophet, Jesus spoke about his own death, foretelling how he would die, where he would die, and at whose hands he would die. (Matt. 20:17-19) To the surprise of his listeners, Jesus also foretold the destruction of Jerusalem with its temple. (Mark 13:1, 2) His prophecies reach right down to our own time.—Matt. 24:3-41.

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