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Monday, April 25, 2011

¿Podrá la Tierra sustentar a las generaciones futuras?


 


 

▪ Una comisión de expertos y autoridades en asuntos medioambientales realizó durante cuatro años un amplio estudio de los principales ecosistemas terrestres, iniciativa conocida con el nombre de Evaluación de los Ecosistemas del Milenio. He aquí algunas de las principales conclusiones recogidas en su primer informe. 

La creciente demanda de alimentos, agua dulce, madera, fibras y combustibles en los últimos cincuenta años ha generado cambios sin precedentes en los ecosistemas debilitando la capacidad de la Tierra para sustentar a las generaciones futuras. Se ha abusado de la capacidad natural del planeta para polinizar los cultivos, regular la calidad del aire mediante los bosques y reciclar los nutrientes mediante los océanos. El mundo se halla al borde de un episodio masivo de extinción de especies.
 

El periódico canadiense Globe and Mail informó: “Los humanos están degradando el planeta a un ritmo tan vertiginoso que existe el riesgo de que los sistemas naturales se colapsen abruptamente, provocando enfermedades, deforestación o zonas muertas en los mares”. Y añadió: “Los humedales, los bosques, las sabanas, los estuarios, las pesquerías costeras y otros hábitats que reciclan el aire, el agua y los nutrientes para todos los seres vivos están sufriendo daños irreversibles”. Si bien la junta directiva de la Evaluación de los Ecosistemas del Milenio opina que las sociedades humanas tienen el poder para mitigar las presiones crecientes sobre los ecosistemas, también reconoce que para lograrlo “se requieren cambios radicales en la manera en que se trata la naturaleza en todos los niveles de la toma de decisiones”.
 

¿Podrá salvarse la Tierra? La respuesta es un sí contundente. Como mayordomos que somos de la creación de Dios, es nuestro deber tratar la naturaleza con el mayor respeto posible (Salmo 115:16). Sin embargo, solo la intervención divina restaurará el equilibrio de los ecosistemas. Nuestro “Magnífico Hacedor” ha prometido dirigir su atención a la Tierra “para darle abundancia” (Job 35:10; Salmo 65:9-13). Esta promesa incluye el mar —y las formas de vida que lo pueblan—, pues el Creador, Jehová Dios, tiene potestad sobre él (Salmo 95:5; 104:24-31). Además, su palabra siempre se cumple porque él “no puede mentir” (Tito 1:2).
 

¡Qué tranquilizador es saber que la Tierra sustentará a las generaciones futuras! Que este sea un motivo para que todos los que temen a Dios lo alaben por su sabiduría, poder y benevolencia infinitos, así como por el gran amor que les tiene a sus obras creativas (Salmo 150:1-6).

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