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Thursday, May 26, 2011

¿Es el Reino de Dios algo que se lleva en el corazón?


Muchas personas responderían que sí. De hecho, la Enciclopedia Católica afirma: “El reino de Dios significa [...] el reinado de Dios en nuestros corazones”. Además, esta idea se enseña en muchas iglesias. 

Pero ¿de veras muestra la Biblia que el Reino de Dios está en el corazón de la gente?
 

Hay quienes piensan que el propio Jesús difundió la idea de que el Reino de Dios mora en el corazón de las personas. Quizá señalen que él mismo dijo: “¡Miren!, el reino de Dios está en medio de ustedes” (Lucas 17:21). Esta frase se vierte en algunas traducciones bíblicas “El reino de Dios está en ustedes” o, incluso, “dentro de ustedes”. Pero ¿reflejan fielmente dichas traducciones las palabras de Jesús? ¿Será que realmente quiso decir que el Reino de Dios es algo que se lleva en el corazón?
 

Para empezar, ¿qué es el corazón? Cuando la Biblia hace referencia al corazón simbólico, alude a la persona que somos por dentro, a la fuente de nuestros pensamientos, actitudes y sentimientos. Por eso a muchos les atrae la idea de que el Reino de Dios —algo tan sublime— more en los corazones de las personas de un modo que las transforme y dignifique. Ahora bien, ¿es así realmente?
 

La Biblia nos dice: “El corazón es más traicionero que cualquier otra cosa, y es desesperado” (Jeremías 
17:9). Y Jesús mismo afirmó: “De dentro, del corazón de los hombres, proceden razonamientos perjudiciales: fornicaciones, hurtos, asesinatos, adulterios, codicias, actos de iniquidad” (Marcos 7:20-22). Pregúntese: ¿A qué se debe la maldad que vemos en el mundo? ¿No se engendra en el pecaminoso corazón del ser humano? Entonces, ¿cómo podría proceder de ahí mismo el Reino perfecto de Dios? Obviamente, así como no pueden salir higos de un cardo, el Reino de Dios no puede germinar en el corazón del hombre (Mateo 7:16).
 

Por otra parte, ¿a quiénes dirigió Jesús las palabras registradas en Lucas 17:21? El versículo anterior lo indica: “Cuando los fariseos le preguntaron cuándo vendría el reino de Dios, les contestó” (Lucas 17:20). Los fariseos eran enemigos de Jesús, y este aseguró claramente que aquellos hipócritas religiosos no iban a entrar en el Reino de Dios (Mateo 23:13). Así que, ¿cómo podrían llevar el Reino en sus corazones si ni siquiera entrarían en él? ¿Verdad que sería imposible? Veamos, entonces, qué es lo que Jesús quiso decir.
Varias traducciones bíblicas que han vertido con cuidado este pasaje concuerdan con el texto de la Traducción del Nuevo Mundo. Por ejemplo, algunas de ellas dicen que el Reino está “entre ustedes” o “en medio de ustedes”. ¿En qué sentido estaba el Reino de Dios entre las personas de aquel tiempo, y hasta entre los fariseos? Pues bien, Jehová había escogido a Jesús para ser el Rey de ese Reino. Y, en su función de futuro Rey, Jesús estuvo entre aquellas personas, enseñándoles muchas cosas en cuanto al Reino e incluso haciendo milagros que demostraron lo que este lograría. De modo que, en un sentido muy real, el Reino de Dios estaba en medio de ellos.
 

Está claro, por lo tanto, que la Biblia no apoya la idea de que el Reino de Dios sea algo que se lleve en el corazón. Más bien, tal como predijeron los profetas, es un verdadero gobierno que efectuará cambios extraordinarios en toda la Tierra (Isaías 9:6, 7; Daniel 2:44).

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