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Tuesday, June 14, 2011

¿Conoce bien a su Padre celestial?



¿CONOCE bien a su padre? La pregunta tal vez les resulte chocante a algunas personas, sobre todo a quienes se han criado en una familia donde reina el cariño. Es fácil que respondan: “¡Claro que lo conozco bien!”. En realidad, la mayoría de la gente sabe qué gustos y aversiones tiene su progenitor, cómo reacciona ante determinadas situaciones y cuánto interés pone en cuidar de su familia.
 

No obstante, es posible que a veces afloren facetas inesperadas de su personalidad. Por ejemplo, un hijo quizás haya visto siempre a su padre como una persona calmada y tranquila. Pero al producirse una emergencia, lo observa actuar con firmeza y decisión para proteger a los suyos.
 

¿Qué puede decirse del Creador? La Biblia señala que “por él tenemos vida y nos movemos y existimos” (Hechos 17:28). Ciertamente, todos le debemos la vida y, en ese sentido, podemos considerarlo nuestro Padre (Isaías 64:8). ¿Es así como ve usted a Dios? Pues hace muy bien. Sin embargo, no tiene por qué conformarse con eso. Todos tenemos la oportunidad de aprender mucho más sobre él, una oportunidad que nos ofrece grandes beneficios y satisfacciones.
 

Pensemos nuevamente en el caso de nuestra familia. ¿Qué pudiera ayudarnos a sentir más afecto y respeto por nuestro padre? El hecho de conocerlo bien. Pues con nuestro Padre celestial ocurre algo parecido: nuestra relación con él será más íntima cuanto mejor conozcamos cómo es él y cómo desea que nos comportemos. Y ese conocimiento podrá ayudarnos, además, a sobrellevar mejor los problemas de la vida.
 

Ahora bien, ¿qué clase de persona es Dios? ¿Cuáles son sus cualidades, y de qué manera deberían influir en lo que sentimos por él? ¿Implica alguna responsabilidad el hecho de conocer a Dios? Veamos las respuestas en el artículo siguiente.

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