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Thursday, June 16, 2011

Juan 13:1—John 13:1.

Jueves 16 de junio
Jesús, habiendo amado a los suyos que estaban en el mundo, los amó hasta el fin (Juan 13:1).
Jesús es el ejemplo perfecto de amor. Por todo lo que hizo, dijo y enseñó, así como por el sacrificio que realizó al morir por nosotros, demostró la profundidad de su amor. Hasta el fin de su vida en la Tierra trató con cariño a todos, y en especial a sus discípulos. Los cristianos tenemos en el Hijo de Dios un magnífico modelo que seguir, un modelo que nos impulsa a tratar con amor a nuestros hermanos y a cualquier otra persona. La noche antes de que Jesús muriera, Pedro, su propio apóstol, lo negó en tres ocasiones (Mar. 14:66-72). Pero Jesús había predicho que Pedro se arrepentiría. Y cuando el apóstol así lo hizo, Jesús lo perdonó, y más tarde le confió serias responsabilidades (Luc. 22:32; Hech. 2:14; 8:14-17; 10:44, 45).


Thursday, June 16
Jesus, having loved his own that were in the world, loved them to the end.—John 13:1.
Jesus set the perfect example of love. Everything about him—his speech, his conduct, his teaching, and his sacrificial death—demonstrated his love. To the very end of his life on earth, Jesus showed love toward those whom he met and especially toward his disciples. Jesus’ outstanding example of love sets a high standard for his followers to uphold. It also motivates us to show similar love toward our spiritual brothers and sisters as well as toward all others. On the night before Jesus’ death, his own apostle Peter denied him three times. (Mark 14:66-72) Yet, once Peter had returned, as Jesus foretold he would, Jesus forgave him. Later, Jesus entrusted Peter with weighty responsibilities.—Luke 22:32; Acts 2:14; 8:14-17; 10:44, 45.

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