Pages

Thursday, August 18, 2011

Job 2:3—Job 2:3.

Jueves 18 de agosto
Todavía está [Job] reteniendo firmemente su integridad, aunque tú me incitas contra él para que me lo trague sin causa (Job 2:3).
El Diablo atacó a Job cuando este era rico y cuando quedó en la miseria, con lo que dejó claro que no siente la menor compasión por los necesitados ni por las personas que sufren calamidades. En realidad, detesta a todos los que son leales a Dios (Job 2:3-5). Pese a sus muchos sufrimientos, Job fue fiel y demostró que el Diablo es un mentiroso. Satanás fue el primer apóstata de la historia. Los apóstatas de la actualidad se parecen mucho a él. Su espíritu crítico hacia los miembros de la congregación, los superintendentes o el Cuerpo Gobernante los ha llenado de veneno. Algunos de ellos se niegan a usar el nombre de Dios, Jehová, y no están interesados en aprender de él ni en servirle. Como su padre, Satanás, los apóstatas atacan a los siervos leales de Dios (Juan 8:44). Esa es precisamente la razón por la que evitamos todo contacto con ellos (2 Juan 10, 11).


Thursday, August 18
Even yet [Job] is holding fast his integrity, although you incite me against him to swallow him up without cause.—Job 2:3.
The Devil tested Job both when he was prosperous and when he was destitute. Clearly, Satan has no compassion for the needy or for victims of calamity. He hates people of integrity. (Job 2:3-5) Nevertheless, Job’s faithfulness showed that Satan is a liar. Satan was the first creature to turn apostate. Modern-day apostates display characteristics similar to those of the Devil. Their mind may be poisoned by a critical attitude toward individuals in the congregations, Christian elders, or the Governing Body. Some apostates oppose the use of the divine name, Jehovah. They are not interested in learning about Jehovah or in serving him. Like their father, Satan, apostates target people of integrity. (John 8:44) No wonder servants of Jehovah avoid all contact with them!—2 John 10, 11.

No comments:

Post a Comment