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Monday, November 14, 2011

¿Pueden los muertos hacernos daño?



Ningún ser humano, por muchos poderes que afirme tener, está tan capacitado como Jehová Dios para contestar esta pregunta. ¿Por qué? Porque Él es el Creador de todos los seres vivos “en los cielos y sobre la tierra, las cosas visibles y las cosas invisibles” (Colosenses 1:16). 

Él creó a los ángeles para vivir en el cielo, y al hombre y los animales para habitar la Tierra (Salmo 104:4, 23, 24). Además, todas las formas de vida dependen de Dios (Revelación [Apocalipsis] 4:11). Por tanto, hacemos bien en analizar lo que su Palabra, la Biblia, dice acerca de la muerte.
 

Las Escrituras muestran que el primero en hablar de la muerte fue el propio Jehová: él les advirtió a Adán y Eva que si le desobedecían, iban a morir (Génesis 2:17). ¿Qué implicaría eso? Lo aclaró más tarde, al decir: “Polvo eres y a polvo volverás” (Génesis 3:19). Por tanto, cuando las personas mueren, su cuerpo se descompone y vuelve al polvo. En efecto, su vida termina por completo.
 

Adán y Eva decidieron rebelarse contra Dios, y se les sentenció a la pena capital. Sin embargo, los primeros en fallecer no fueron ellos, sino su hijo Abel, quien fue asesinado por su hermano mayor, Caín (Génesis 4:8). ¿Tenía miedo Caín de que su difunto hermano fuera a vengarse? No. Lo que le angustiaba eran las posibles represalias de las personas que sí estaban vivas (Génesis 4:10-16).
 

Veamos ahora otro ejemplo bíblico que ocurrió muchos siglos después. Ciertos astrólogos informaron al rey Herodes que dentro de sus dominios había nacido el “rey de los judíos”. Esta noticia le inquietó tanto que, para deshacerse de aquel posible rival, mandó asesinar a todos los niños varones de Belén menores de dos años. Pero no logró matar a Jesús, pues un ángel se le apareció a José y le dijo: “Toma al niñito y a su madre, y huye a Egipto” (Mateo 2:1-16).
 

Cuando Herodes murió, el ángel le indicó a José que volvieran a Israel, “porque [habían] muerto los que buscaban el alma del niñito” (Mateo 2:19, 20). Aquel ángel —que procedía del mundo de los espíritus— sabía que Herodes, una vez muerto, no podía hacerle ningún daño a Jesús. 

En efecto, José ya no tenía por qué temer a este rey. Pero sí tenía razones para tener miedo de su sucesor, Arquelao. Por eso se llevó a su familia a vivir a Galilea, fuera de la jurisdicción de este tiránico rey (Mateo 2:22).






¿Por qué no ver las Escrituras aquí?   



 
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