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Friday, December 30, 2011

La búsqueda de la verdad religiosa


 

Dado que las religiones del mundo enseñan ideas que están en conflicto, es lógico que no todas posean la verdad. Por tanto, tiene que haber muchas personas que, como dice la Biblia, “tienen celo por Dios; mas no conforme a conocimiento exacto” (Romanos 10:2). Ahora bien, según leemos en 1 Timoteo 2:4, el apóstol Pablo dice que la voluntad de Dios es que “hombres de toda clase [...] lleguen a un conocimiento exacto de la verdad”. Pero ¿dónde encontrar ese conocimiento exacto?
 

Veamos algunas razones para buscarlo en la Biblia. El escritor inspirado Pablo asegura que “toda Escritura es inspirada de Dios y provechosa para enseñar” (2 Timoteo 3:16). Como parte de su búsqueda de la verdad, compruebe por usted mismo que esta afirmación es cierta. Investigue la incomparable sabiduría de la Biblia, su exactitud histórica y sus profecías cumplidas.
 

Contrario a la idea de que todas las religiones llevan a Dios, las Santas Escrituras instan a sus lectores a que no crean todo lo que oyen, sino a que “prueben las expresiones inspiradas para ver si se originan de Dios” (1 Juan 4:1). Por ejemplo, cualquier enseñanza que se origine de Dios tiene que estar en armonía con su personalidad, particularmente con su cualidad predominante, el amor (1 Juan 4:8).
 

La Biblia nos asegura que Dios desea que lo hallemos (Hechos 17:26, 27). Como él quiere que busquemos la verdad, no puede estar mal que obremos en conformidad con lo que encontremos, aunque eso signifique cambiar de religión. Pero ¿qué hay de los problemas que tal vez ocasione esta decisión?
 

Pongamos en su lugar la lealtad a la familia

Cuando alguien cambia sus creencias, tal vez decida que ya no volverá a participar en ciertos rituales o festividades religiosos. Es comprensible que los familiares se disgusten. Jesús mismo lo reconoció, pues dijo a sus seguidores: “Vine a causar división, y estará el hombre contra su padre, y la hija contra su madre, y la esposa joven contra su suegra” (Mateo 10:35). 

¿Quiso decir Jesús que las enseñanzas de la Biblia fueron pensadas para convertirse inevitablemente en motivo de discordia? No. Tan solo previó lo que podría suceder cuando los familiares se oponen a quien adopta una postura firme a favor de otras creencias.
 

¿Deberían evitarse a toda costa los conflictos familiares? La Biblia enseña que los hijos deben ser obedientes a los padres y que las esposas deben estar en sujeción a sus esposos (Efesios 5:22; 6:1). Pero también dice que hay que “obedecer a Dios como gobernante más bien que a los hombres” (Hechos 5:29). De ahí que, a veces, por amor y lealtad a Dios se tomen decisiones que no agraden a algunos familiares.
 

Aunque la Biblia distingue claramente entre las enseñanzas verdaderas y las falsas, Dios otorga a cada persona la libertad de escoger (Deuteronomio 30:19, 20). No se debe obligar a nadie a adorar a Dios de una manera que le resulte inadmisible, ni hacerle escoger entre sus creencias o la familia. ¿Y es cierto que el estudio de la Biblia destruye a las familias? Claro que no. De hecho, anima a los matrimonios que no comparten las mismas creencias religiosas a seguir unidos (1 Corintios 7:12, 13).




¿Por qué no ver las Escrituras aquí?

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