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Thursday, November 1, 2012

Jesús nos enseñó a hacerlo




 

 En su Sermón del Monte, Jesús dio consejo excelente sobre cómo vivir una vida equilibrada y sencilla. Dijo: “Dejen de acumular para sí tesoros sobre la tierra, donde la polilla y el moho consumen, y donde ladrones entran por fuerza y hurtan”. Jesús usó la palabra “dejen” porque la gente suele seguir ‘acumulando’ cosas materiales para sí. Pero el que llega a ser discípulo de Jesús no puede seguir haciendo eso. Su vida tiene que tener un propósito diferente, como lo muestra el mandato que Jesús dio después: “Más bien, acumulen para sí tesoros en el cielo, donde ni polilla ni moho consumen, y donde ladrones no entran por fuerza y hurtan”. Jesús dio la razón por la cual es necesario este cambio de propósito, al decir: “Porque donde está tu tesoro, allí también estará tu corazón”. (Mateo 6:19-21.)
 

 Su tesoro es lo que usted considera verdaderamente importante. ¿Son su tesoro las posesiones materiales, o es la santificación del nombre de Jehová Dios y la recompensa que él ha prometido? Para pasar la vida almacenando tesoros en el cielo más bien que sobre la Tierra, usted tiene que estar completamente convencido de la realidad del Reino. El nuevo mundo tiene que ser tan real para usted que hasta lo pueda ver en la mente y pueda verse trabajando allí, participando en el cumplimiento de los propósitos de Jehová para la Tierra. Como Moisés, usted tiene que ‘ver a Aquel que es invisible’ y estar firmemente convencido de que ‘él remunerará a los que le buscan solícitamente’. (Hebreos 11:6, 27.)
 

 Pero ¿qué hay si su corazón, lo que incluye sus deseos y afectos, está puesto en tesoros materiales? La Biblia dice: “El amor al dinero es raíz de toda suerte de cosas perjudiciales, y, procurando realizar este amor, algunos han sido descarriados de la fe y se han acribillado con muchos dolores”. No, de ningún modo suministra satisfacción verdadera y permanente el procurar las cosas materiales que el dinero puede comprar. (1 Timoteo 6:10; Eclesiastés 5:10.) Pero lo más trágico de todo es que el amor al dinero y a las cosas materiales perjudica su relación con Dios, quien espera que le sirvamos con “corazón completo”. (1 Crónicas 28:9.)

¿Por qué no ver las Escrituras aquí?

BIBLIA EN LINEA

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