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Friday, August 6, 2010

Luc. 16:10

Viernes 6 de agosto
La persona fiel en lo mínimo es fiel también en lo mucho (Luc. 16:10).
Un solo acto de obediencia podría parecer insignificante, pero si obedecemos a Dios en todo momento, lograremos construir una vida de integridad y lealtad. Cuando tenemos que hacer frente a las dificultades, la oposición o las injusticias, es cuando más se nota que somos leales a Dios. Veamos el ejemplo de David. Cuando él era joven, fue perseguido por el mismísimo representante de Jehová, el rey Saúl. Para aquel entonces, Saúl ya había perdido el favor divino, y estaba terriblemente celoso de David, quien sí contaba con la aprobación de Dios. El rey permaneció en el poder varios años y utilizó al ejército de Israel para perseguir a David. ¿Se enojó David con Jehová por permitir esta injusticia por tanto tiempo? ¿Pensó que no valía la pena resistir esa prueba? No, todo lo contrario. Respetó profundamente a Saúl por ser el ungido de Jehová, y así lo demostró negándose a matarlo (1 Sam. 24:2-7).

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