El distraído, tropezó con ella.El violento, la usó como proyectil.
El emprendedor, la usó para construir.
El campesino, cansado, la usó como asiento.
El niño, la usó como juguete.
Drummond, la poetizó.
David, la usó para matar a Goliat.
Y Miguel Ángel, sacó de ella una bella escultura.
En todos estos casos, la diferencia no estuvo en la piedra sino en el hombre.
Gál 6:7 b:
Porque cualquier cosa que el hombre esté sembrando, esto también segará;
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