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Thursday, February 24, 2011

¿Por qué dice Isaías 11:6 que “el lobo realmente morará por un tiempo con el cordero”? ¿No será permanente esa paz?



La paz refrescante entre la creación animal que se profetizó en Isaías 11:6-9 será permanente. Pero una traducción cuidadosa de Isaías 11:6 hace claro que esos animales no estarán juntos constantemente.


En la Traducción del Nuevo Mundo de las Santas Escrituras Isaías 11:6 dice: “El lobo realmente morará por un tiempo con el cordero, y el leopardo mismo se echará con el cabrito, y el becerro y el leoncillo crinado y el animal bien alimentado todos juntos; y un simple muchachito será guía sobre ellos”.


Algunas versiones de la Biblia traducen este versículo por el estilo de esto: “Morará [o ‘vivirá’] el lobo con el cordero”. Esas traducciones pudieran transmitir la idea de que el lobo y el cordero serán compañeros constantes, como si estuvieran en un nuevo arreglo de familia o de habitación.


Sin embargo, la palabra hebrea que se traduce “morar” o “vivir” es gur. Según el lexicógrafo William Gesenius, esta palabra significa “residir, morar por un tiempo, vivir como si uno no estuviera en su hogar, por ejemplo, como extraño, extranjero, huésped” (A Hebrew and English Lexicon of the Old Testament [Léxico hebreo-inglés del Antiguo Testamento], traducido por Edward Robinson). El léxico por F. Brown, S. Driver y C. Briggs define la palabra así: “Residir, morar por un tiempo (definido o indefinido), morar como recién llegado [...] sin derechos de ciudadano”.


Dios usó la palabra gur cuando dijo a Abrahán que ‘residiera como forastero’ en Canaán. El patriarca no sería el dueño de aquella tierra, pero podría ser residente protegido allí. (Génesis 26:3; Éxodo 6:2-4; Hebreos 11:9, 13.) De igual manera, Jacob dijo que él ‘residía como forastero’ en la zona de Harán, puesto que regresaría a Canaán. (Génesis 29:4; 32:4.)


En el Paraíso que Dios pronto establecerá los animales y los humanos estarán en paz. El cordero no correrá ningún riesgo al estar con el lobo, ni el becerro al estar con el leopardo. Como para mostrar el contraste con la situación actual, el lenguaje hasta permite pensar que el lobo sería un residente protegido por el cordero. (Isaías 35:9; 65:25.)


No obstante, pudiera ser que esos animales tuvieran distintos lugares de habitación. Algunos animales tienen como hábitat las selvas; otros, las llanuras; y otros, las regiones costaneras o las montañas. Hasta cuando existía el Paraíso original, Dios habló de ‘animales domésticos y bestias salvajes’. (Génesis 1:24.) Es obvio que los animales domésticos eran los que comúnmente podrían estar cerca de humanos y de sus moradas. La bestia salvaje, aunque no era feroz, aparentemente prefería vivir alejada de la humanidad. Por eso, como predice la profecía de Isaías, el lobo “morará por un tiempo con el cordero”, pero no estará constantemente donde estén esos animales domésticos.

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