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Friday, March 4, 2011

Isa. 9:6—Isa. 9:6.

Viernes 4 de marzo
El regir principesco vendrá a estar sobre su hombro. Y por nombre se le llamará Maravilloso Consejero, Dios Poderoso, Padre Eterno, Príncipe de Paz (Isa. 9:6).
Los cuatro Evangelios indican que Moisés, David y Salomón prefiguraron a Jesús, el Ungido de Jehová y el Rey designado del Reino de Dios. ¿En qué se parecían a Cristo estos hombres fieles de la antigüedad? ¿Y qué podemos aprender de los relatos de su vida? Pues bien, la Biblia señala que Moisés fue un profeta, un mediador y un libertador, y eso mismo puede decirse de Jesús. David fue un pastor y un rey que tuvo muchas victorias sobre sus enemigos, y Jesús es el pastor del pueblo de Dios y un rey victorioso (Eze. 37:24, 25). Salomón fue un rey sabio mientras se mantuvo fiel a Dios, y durante su reinado, Israel vivió en paz (1 Rey. 4:25, 29). Jesús, por su parte, es extraordinariamente sabio, y uno de sus títulos es “Príncipe de Paz”. Como vemos, él se parece en muchos aspectos a aquellos siervos de Dios, pero el papel que desempeña en el cumplimiento del propósito divino es muy superior al de ellos.

Friday, March 4
The princely rule will come to be upon his shoulder. And his name will be called Wonderful Counselor, Mighty God, Eternal Father, Prince of Peace.—Isa. 9:6.
John and the other three Gospel writers point to Moses, David, and Solomon as men who foreshadowed Jesus as God’s Anointed One and designated King. In what way did those ancient servants of God provide foregleams of Jesus, and what can we learn from these accounts? In brief, the Bible tells us that Moses was a prophet, a mediator, and a deliverer. So is Jesus. David was a shepherd and a king who conquered Israel’s enemies. Jesus too is a shepherd and a conquering king. (Ezek. 37:24, 25) While still faithful, Solomon was a wise ruler, and under his kingship Israel enjoyed peace. (1 Ki. 4:25, 29) Jesus too is supremely wise and is called “Prince of Peace.” Clearly, Christ Jesus’ role resembles that of those earlier men but Jesus’ place in God’s purpose is superlative.

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