Lunes 28 de marzo
[Jehová] guardará el mismísimo camino de los que le son leales (Pro. 2:8).
Al contrario de lo que afirma el Diablo, sentimos por Jehová un amor incondicional que nos nace del corazón (Rev. 12:10). Este amor sincero nos fortalece y nos ayuda a mantenernos íntegros cuando pasamos por dificultades (Sal. 97:10). El amor que sentimos por Jehová nos impulsa a honrar su nombre. Sin embargo, tal vez pensemos que lo que hacemos para honrarlo es muy poco. En ese caso, no olvidemos que Jehová sabe qué es lo que tenemos en el corazón y no nos rechaza si no podemos hacer tanto como quisiéramos. Lo que cuenta no es solo lo que hacemos, sino por qué lo hacemos. Aunque Job estaba desconsolado por todo lo que había sufrido, les dijo a sus acusadores lo mucho que amaba los caminos de Jehová (Job 10:12; 28:28). En el último capítulo del libro de Job, Dios les dejó claro a Elifaz, Bildad y Zofar lo indignado que se sentía porque no habían dicho la verdad acerca de él. En cambio, expresó su aprobación por Job llamándolo “mi siervo” en cuatro ocasiones y diciéndole que intercediera a favor de aquellos tres hombres (Job 42:7-9). ¡Qué importante es que nosotros, por nuestra parte, actuemos siempre de tal manera que nos ganemos el favor de Jehová!
Monday, March 28
[Jehovah] will guard the very way of his loyal ones.—Prov. 2:8.
Contrary to what the Devil claims, we give our love to Jehovah voluntarily and unconditionally. (Rev. 12:10) This heartfelt love strengthens us to maintain integrity under test. (Ps. 97:10) Love moves us to honor the name of Jehovah, no matter how limited we may feel. He sees our good motives and does not judge us if we cannot do all we would like to do. What counts is not only what we do but also why we do it. Even though Job was grief-stricken and had endured much, he spoke to his accusers about his love for Jehovah’s ways. (Job 10:12; 28:28) In the final chapter of the book of Job, God expressed his anger toward Eliphaz, Bildad, and Zophar because they had not spoken the truth. At the same time, Jehovah indicated his approval of Job by referring to him four times as “my servant” and by instructing him to intercede in behalf of the wrongdoers. (Job 42:7-9) May we too act in such a way that Jehovah views us with favor
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