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Wednesday, March 30, 2011

¿Tendrá todo el mundo las mismas oportunidades para conocer a Dios?


 

▪ Jesús explicó que el mandamiento más importante es el siguiente: “Tienes que amar a Jehová tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma y con toda tu mente” (Mateo 22:37). Claro está, para que una persona llegue a amarlo, primero necesita adquirir conocimiento exacto de él (Juan 17:3). Ahora bien, ¿tendrá todo el mundo las mismas oportunidades para obtener dicho conocimiento?
 

La principal fuente de información acerca de Dios es la Biblia (2 Timoteo 3:16). En numerosos países, este libro está al alcance de cualquiera que lo desee. De hecho, con frecuencia se invita a las personas a seguir cursos bíblicos para conocer mejor a Dios (Mateo 28:19). Por otro lado, hay quienes desde la infancia han recibido la oportunidad de aprender sobre Dios gracias a que se han criado en familias cristianas (Deuteronomio 6:6, 7; Efesios 6:4).
 

No obstante, para mucha gente, las circunstancias no son tan favorables. Por ejemplo, no son pocas las personas que crecieron en hogares muy conflictivos, sin recibir de sus padres el amor que necesitaban (2 Timoteo 3:1-5). Por esta razón, puede resultarles muy difícil imaginar a Dios como un Padre cariñoso. 

Además, mucha gente tiene grandes dificultades para leer la Biblia debido a su escasa formación escolar. 

Y no olvidemos a las personas que viven engañadas por doctrinas religiosas falsas, así como a quienes pertenecen a familias, comunidades o países donde no se les permite aprender las verdades bíblicas (2 Corintios 4:4). ¿Qué ocurre con todos ellos? ¿No tendrán posibilidad alguna de conocer a Dios y llegar a amarlo?
 

Jesús indicó que algunas personas se encontrarían con trabas que les harían muy difícil conocer y amar a Dios (Mateo 19:23, 24). Pero también dejó claro que, aunque para el hombre hay obstáculos insuperables, “para Dios todas las cosas son posibles” (Mateo 19:25, 26).
 

Por eso, conviene reflexionar en los siguientes hechos: para empezar, Jehová se ha encargado de que la Biblia sea el libro más difundido de la historia. Por otra parte, en las Escrituras se predijo que las buenas nuevas acerca de Dios y de su propósito para la humanidad se predicarían “en toda la tierra habitada” (Mateo 24:14). Y los testigos de Jehová ya están proclamando ese mensaje en más de 230 países y territorios. 

Además, imprimen y distribuyen publicaciones bíblicas en 500 idiomas. Pero ¿qué hay de quienes no tienen acceso a la Biblia? Aún pueden aprender mucho sobre el Dios verdadero observando con atención las cosas que él ha creado (Romanos 1:20).
 

Por otro lado, la Palabra de Dios afirma: “Todos los corazones Jehová los está escudriñando, y toda inclinación de los pensamientos la está discerniendo. Si tú lo buscas, él se dejará hallar” (1 Crónicas 28:9). 

Por tanto, si bien es cierto que Jehová no promete que todos los seres humanos tendrán exactamente las mismas oportunidades para conocerlo, sí se asegurará de que todas las personas de buen corazón reciban su oportunidad. Lo que es más, quienes hayan muerto sin haber podido conocerlo tendrán la posibilidad de aprender de él cuando resuciten en el justo nuevo mundo de Dios (Hechos 24:15).

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