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Sunday, April 3, 2011

Enseñanzas de Jesús sobre sí mismo


 

“Jesús tenía muy claro quién era, de dónde vino, por qué bajó a la Tierra y qué le esperaba aquí.” (HERBERT LOCKYER, ESCRITOR)
 

PARA poner fe en Jesús y sus enseñanzas, antes tenemos que conocerlo bien. Debemos saber quién era, de dónde vino y cuál fue su propósito en la vida. En los Evangelios de Mateo, Marcos, Lucas y Juan encontramos la respuesta a todas estas cuestiones y, lo que es más, de boca del propio Jesús.
 

Su existencia antes de nacer en la Tierra En cierta ocasión, Jesús dijo: “Antes que Abrahán llegara a existir, yo he sido” (Juan 8:58). Si nació unos dos mil años después de Abrahán, ¿cómo es posible que existiera antes que este fiel patriarca? “Porque —explicó él— he bajado del cielo.” (Juan 6:38.)
 

El Hijo de Dios Aunque Jehová tiene muchos hijos angélicos, Jesús es diferente del resto. Él mismo se describió como el “Hijo unigénito de Dios” (Juan 3:18). Es el hijo unigénito porque es el único que fue creado directamente por Dios. Todo lo demás fue creado a través de Jesús (Colosenses 1:16).
 

“El Hijo del hombre” Esta fue la expresión que más utilizó para referirse a sí mismo (Mateo 8:20). Así aclaró que era un ser humano en toda regla, y no un ángel materializado, ni una encarnación de Dios o de cualquier otro ser espiritual. Mediante el espíritu santo, Dios transfirió la vida de su Hijo a la matriz de una virgen de nombre María. Jesús pasó de vivir en los cielos a nacer en la Tierra como un ser humano perfecto, es decir, sin pecado (Mateo 1:18; Lucas 1:35; Juan 8:46).
 

El Mesías prometido Cuando cierta mujer samaritana le dijo: “Yo sé que el Mesías viene”, Jesús le contestó: “Yo, el que habla contigo, soy ese” (Juan 4:25, 26). Los términos mesías y cristo significan lo mismo: “el ungido”. En otras palabras, Jesús fue el elegido de Dios para desempeñar una importante función en el cumplimiento de las promesas divinas.
 

Su principal comisión Él mismo explicó cuál era: “Tengo que declarar las buenas nuevas del reino de Dios, porque para esto fui enviado” (Lucas 4:43). Aunque es cierto que realizó muchas buenas obras, lo más importante para él era anunciar el Reino de Dios. Pero dejemos para más adelante lo que enseñó acerca de este Reino.
 

Hasta ahora, todo lo que hemos analizado demuestra que Jesús no fue un ser humano cualquiera. Como veremos luego, lo que aprendió mientras estuvo en los cielos hizo que sus enseñanzas aquí en la Tierra tuvieran mucho más valor. De ahí que su mensaje haya calado hondo en la vida de tantos millones de personas de todo el mundo.

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