Domingo 17 de abril
Estarás conmigo en el Paraíso (Luc. 23:43).
El delincuente con quien Jesús habló no necesitaba que le explicaran qué era el Paraíso. Él ya conocía la esperanza de la vida eterna en un nuevo mundo en la Tierra. En cambio, lo que sí hacía falta explicar era la esperanza celestial. Cuando Jesús les dijo a sus discípulos que iría al cielo y les prepararía un lugar, ellos no le entendieron (Juan 14:2-5). Más tarde señaló: “Cuando llegue aquel, el espíritu de la verdad, él los guiará a toda la verdad” (Juan 16:13). Los discípulos no lograron entender que sus tronos estarían en el cielo sino hasta después del Pentecostés del año 33, cuando fueron ungidos por espíritu santo para llegar a ser reyes (1 Cor. 15:49; Col. 1:5; 1 Ped. 1:3, 4).
Sunday, April 17
You will be with me in Paradise.—Luke 23:43.
The evildoer to whom Jesus spoke needed no explanation about Paradise. He knew about the hope of everlasting life on earth in a world to come. What did require an explanation, however, was Jesus’ reference to the heavenly hope. When he spoke to his disciples about his going to heaven to prepare a place for them, they did not understand what he meant. (John 14:2-5) Later Jesus told them: “When that one arrives, the spirit of the truth, he will guide you into all the truth.” (John 16:13) Only after Pentecost of 33 C.E. when they were anointed by God’s spirit to be future kings did Jesus’ followers discern that their thrones would be in heaven.—1 Cor. 15:49; Col. 1:5; 1 Pet. 1:3, 4.
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