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Saturday, May 21, 2011

¿Debemos temer el Armagedón?

El punto de vista bíblico
 


 

¿QUÉ es el “Armagedón”? En pocas palabras, es la condición, o situación, hacia la que se lleva a todos los gobernantes del mundo opuestos a Dios y a su Reino dirigido por Jesucristo. Según el libro bíblico de Revelación (Apocalipsis), el apóstol Juan tuvo una visión en la que los gobernantes se reunían para desafiar a Dios en un lugar simbólico llamado Armagedón.
 

Aunque el Armagedón solo se menciona una vez en las Escrituras, el uso metafórico de este término es muy habitual en nuestros días. Se ha aplicado a todo tipo de desastres, sean grandes o insignificantes: desde un genocidio con armamento nuclear a un virus informático. De hecho, varios éxitos editoriales han ubicado su trama en el tiempo conocido como el fin del mundo, el período anterior al Armagedón. Por ejemplo, de una serie de novelas sobre este tema se han vendido más de sesenta millones de ejemplares en los últimos diez años.
 

Algunas personas temen el Armagedón, pues creen que los terroristas, las naciones belicistas o los desastres que escapan al control humano provocarán un cataclismo mundial, tras el cual la Tierra no podrá albergar vida. Otras piensan que llegará el día en que Dios mismo se enfurecerá y destruirá nuestro planeta y todo lo que contiene. Si estas fueran las perspectivas, ¿quién no lo temería? Ahora bien, ¿en qué consiste exactamente “la guerra del gran día de Dios el Todopoderoso” en Armagedón? (Revelación 16:14, 16.)
 

¿Será destruida la Tierra?
 

No todos los humanos perecerán en Armagedón. ¿Cómo lo sabemos? La Biblia nos asegura que “Jehová sabe librar de la prueba a personas de devoción piadosa, pero reservar a personas injustas para el día del juicio para que sean cortadas de la existencia” (2 Pedro 2:9). Así pues, estamos seguros de que Dios mantendrá un perfecto control de su inmenso poder. Únicamente se enfrentarán a su ira en Armagedón quienes desafíen la soberanía divina. No habrá víctimas inocentes (Salmo 2:2, 9; Génesis 18:23, 25).
 

La Biblia también dice que Dios va a “causar la ruina de los que están arruinando la tierra” (Revelación 11:18). Por tanto, queda claro que Jehová no tiene la intención de destruir el planeta, sino la sociedad humana malvada que se opone a su gobierno, tal como hizo cuando trajo el Diluvio de los días de Noé (Génesis 6:11-14; 7:1; Mateo 24:37-39).
 

Un día “inspirador de temor”
 

Hay que reconocer que algunas profecías bíblicas sobre la venidera destrucción resultan inquietantes. Por ejemplo, el profeta Joel habla de un “día de Jehová, grande e inspirador de temor” (Joel 2:31). Además, el arsenal divino incluye nieve, granizo, temblores, enfermedades infecciosas, aguaceros inundantes, lluvia de fuego y azufre, confusión mortal, relámpagos y azotes que pudren la carne (Job 38:22, 23; Ezequiel 38:14-23; Habacuc 3:10, 11; Zacarías 14:12, 13). La Biblia también habla gráficamente del tiempo en el que los muertos cubrirán la superficie de la Tierra y acabarán como estiércol o como alimento para las aves y otros animales (Jeremías 25:33, 34; Ezequiel 39:17-20). El miedo se apoderará de los enemigos de Dios durante esta guerra (Revelación 6:16, 17).
 

¿Tienen motivos, entonces, los fieles siervos del Dios verdadero en la Tierra para temer los asombrosos acontecimientos que tendrán lugar en Armagedón? De ningún modo, pues ellos no participarán en el conflicto. 

Es más, Jehová los protegerá. Con todo, los adoradores verdaderos sentirán respeto reverencial ante esta temible demostración del poder divino (Salmo 37:34; Proverbios 3:25, 26).
 

No obstante, conviene recordar lo que el apóstol Juan nos garantizó bajo inspiración: “Feliz es cualquiera que observa las palabras de la profecía de este rollo”, la cual incluye la advertencia sobre Armagedón (Revelación 1:3; 22:7). ¿Puede alguien ser feliz meditando en Armagedón? ¿Cómo es posible?
 

Llamamiento divino a la acción
 

Cuando se acerca un fuerte tifón o un huracán, las autoridades locales dan advertencias a fin de evitar la pérdida de vidas. A veces envían a la policía para avisar a la población del peligro yendo de puerta en puerta o de otras maneras. El propósito no es aterrorizar a la gente, sino ayudarla a tomar medidas que aseguren su supervivencia. Las personas con sentido común muestran por su reacción que agradecen la advertencia, y se alegran de haber actuado así.
 

Algo parecido ocurre con el mensaje divino de advertencia sobre el inminente “viento de tempestad” de Armagedón (Proverbios 10:25). Jehová ha dado detalles de su guerra en su Palabra escrita. Con ello no pretende asustar a las personas, sino advertirlas para que se arrepientan y se resuelvan a servirle (Sofonías 2:2, 3; 2 Pedro 3:9). Sobrevivirán quienes hagan caso de la advertencia. Por tanto, no tenemos que temer la venidera guerra de Dios. Más bien, podemos esperar el futuro con confianza sabiendo que “todo el que invoque el nombre de Jehová escapará salvo” (Joel 2:32).
 

[Nota]
 

Algunas partes de la Biblia se escribieron en lenguaje simbólico, o “señales” (Revelación 1:1). Por ello, no podemos decir con rotundidad hasta qué grado se utilizarán literalmente los elementos mencionados en estas profecías.

Cuando se acerca una tormenta fuerte, las autoridades locales dan advertencias para evitar la pérdida de vidas

El mensaje divino de advertencia sobre Armagedón es un llamamiento para que las personas puedan sobrevivir

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