Examining the Bible Scriptures Daily, Such instructions gave Jesus ‘the tongue of the taught ones’ so that he would ‘know how to answer the tired one with a word.’ (Isa. 30:20; 50:4; Matt. 11:28-30) Being awakened to timely counsel from the Word of God each morning will not only help you to cope with your own problems but also equip you with ‘the tongue of the taught ones’ to help others.”
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Wednesday, June 1, 2011
Nuestra conducta revela si somos sabios de verdad
Santiago relaciona la sabiduría con la conducta excelente. Como el temor de Jehová es el principio de la sabiduría, la persona sabia se esfuerza por comportarse de acuerdo con las normas y principios divinos. Ninguno de nosotros ha nacido siendo sabio, pero podemos llegar a serlo si estudiamos la Biblia con constancia y meditamos en ella. El estudio y la meditación nos ayudan a seguir la exhortación de Efesios 5:1: “Háganse imitadores de Dios”. Y cuanto mejor imitamos a Jehová, más sabiamente nos comportamos, porque sus caminos son muy superiores a los nuestros (Isa. 55:8, 9). Además, cuando lo imitamos, quienes no forman parte de la congregación ven que somos diferentes.
Santiago indica que una de las formas de imitar a Jehová es manifestando “una apacibilidad que pertenece a la sabiduría”. La persona apacible es mansa, aunque eso no impide que sea firme cuando la situación lo requiere. Jehová, pese a su poder ilimitado, es apacible, y por eso no nos da miedo acercarnos a él. El Hijo de Dios imitó a la perfección esta cualidad de su Padre, así que pudo decir: “Vengan a mí, todos los que se afanan y están cargados, y yo los refrescaré. Tomen sobre sí mi yugo y aprendan de mí, porque soy de genio apacible y humilde de corazón, y hallarán refrigerio para sus almas” (Mat. 11:28, 29; Fili. 2:5-8).
La Biblia nos habla de otras personas que se destacaron por su carácter apacible o manso, por ejemplo, Moisés. Pese a la gran responsabilidad que tenía, se dice que él “era con mucho el más manso de todos los hombres que había sobre la superficie del suelo” (Núm. 11:29; 12:3). Y recordemos que Jehová le dio fuerzas para que llevara a cabo su voluntad. A Jehová le complace utilizar a personas apacibles para cumplir su propósito.
Es obvio, pues, que a los seres humanos imperfectos sí nos es posible manifestar la “apacibilidad que pertenece a la sabiduría”. Pero ¿cómo podemos demostrarla a mayor grado? La apacibilidad forma parte del fruto del espíritu santo de Jehová (Gál. 5:22, 23). Por lo tanto, pidámosle a Jehová que nos dé su espíritu y esforcémonos por manifestar su fruto. Podemos tener la seguridad de que él nos ayudará a ser más apacibles. El salmista nos da una razón poderosa para manifestar esta cualidad cuando garantiza que Dios “enseñará a los mansos Su camino” (Sal. 25:9).
No obstante, tal vez nos cueste mucho trabajo mejorar en este aspecto. Quizás la crianza que recibimos nos dificulte comportarnos de manera apacible. Puede incluso que la gente que nos rodea nos incite a hacer todo lo contrario diciéndonos que el fuego se combate con fuego. Pero ¿es esta una actitud sabia? Si de repente algo empezara a arder en su casa, ¿con qué trataría de apagar el fuego: con algún tipo de combustible, o con agua? Con el combustible solo lograría avivar el fuego, mientras que con el agua seguramente conseguiría extinguirlo. Por eso la Biblia dice: “La respuesta, cuando es apacible, aparta la furia, pero la palabra que causa dolor hace subir la cólera” (Pro. 15:1, 18). Así pues, la próxima vez que un hermano o cualquier otra persona nos irrite, reaccionemos con apacibilidad, y así demostraremos que somos verdaderamente sabios (2 Tim. 2:24).
Como ya se ha mencionado, la gente que está influenciada por el espíritu del mundo es todo menos amable, mansa y pacífica. Por eso el cristiano encuentra tantas personas rudas y arrogantes alrededor suyo. Consciente de este hecho, Santiago dio advertencias a los hermanos para que no se dejaran corromper por dicho espíritu. ¿Qué más aprendemos de sus palabras?
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