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Wednesday, July 6, 2011

“Dejen de inquietarse”


 

 Jesús estaba en Galilea, hablando a una gran multitud venida de muchas partes (Mateo 4:25). Muy pocos eran ricos; lo más probable es que la mayoría fueran pobres. Aun así, Jesús los animó a dar prioridad, no a las riquezas materiales, sino a algo más valioso, a saber, los tesoros espirituales (Mateo 6:19-21, 24). 

Dijo: “Dejen de inquietarse respecto a su alma en cuanto a qué comerán o qué beberán, o respecto a su cuerpo en cuanto a qué se pondrán. ¿No significa más el alma que el alimento, y el cuerpo que la ropa?” (Mateo 6:25).
 

 Las palabras de Jesús debieron de parecer poco prácticas a muchos, pues sabían que si no trabajaban duro, sus familias sufrirían. No obstante, Jesús puso de ejemplo a las aves, que viven al día, y, sin embargo, Jehová les da todo lo que necesitan. Jehová también se ocupa de las flores silvestres, cuya belleza supera a la de Salomón en toda su gloria. Si Jehová cuida de las aves y las flores, ¡cuánto más cuidará de nosotros! (Mateo 6:26-30.) 

Como dijo Jesús, el alma (es decir, la vida) y el cuerpo valen mucho más que el alimento que compramos para sustentarnos y la ropa que adquirimos para cubrirnos. Si dedicamos todo nuestro ser únicamente a alimentarnos y cubrirnos, sin dejar nada sustancial para servir a Jehová, estamos perdiendo de vista el verdadero sentido de la vida (Eclesiastés 12:13).

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