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Friday, July 15, 2011

El ejemplo de humildad de Cristo


 

Puede ser que nos preguntemos: ¿Qué virtud o qué ventaja hay en ser humildes? Para quien procura ser un cristiano verdadero, la respuesta es fundamental: ser humilde es ser como Cristo. Jesús demostró su humildad aceptando la singular asignación de dejar el ámbito celestial y venir a la Tierra y convertirse en un simple ser humano, inferior a los ángeles (Hebreos 2:7). 

Pese a que era el Hijo de Dios, aguantó las múltiples humillaciones de que le hicieron objeto sus enemigos religiosos. Mantuvo la calma durante sus penalidades, aunque pudo haber pedido que acudieran en su ayuda legiones de ángeles (Mateo 26:53).
 

Finalmente, Jesús sufrió la deshonra de ser colgado de un madero de tormento, pero permaneció fiel a su Padre. Por ello Pablo escribió de él: “Mantengan en ustedes esta actitud mental que también hubo en Cristo Jesús, quien, aunque existía en la forma de Dios, no dio consideración a una usurpación, a saber, que debiera ser igual a Dios. No; antes bien, se despojó a sí mismo y tomó la forma de un esclavo y llegó a estar en la semejanza de los hombres. Más que eso, al hallarse a manera de hombre, se humilló y se hizo obediente hasta la muerte, sí, muerte en un madero de tormento” (Filipenses 2:5-8).
 

Pues bien, ¿cómo podemos demostrar verdadera humildad? En la práctica, ¿cómo podemos reaccionar con humildad, en vez de con orgullo?

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