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Wednesday, August 17, 2011

¿Qué pide Jehová de nosotros?


Deuteronomio 10:12, 13
 

OBEDECER no siempre resulta fácil. De hecho, muchos subordinados obedecen a regañadientes a un jefe rudo o demasiado exigente. ¡Qué diferente es la actitud de los siervos de Dios! Ellos le obedecen porque quieren hacerlo. Las palabras de Moisés registradas en Deuteronomio 10:12, 13 nos ayudan a entender las razones.*
 

Hablando de lo que Dios pedía a sus siervos, Moisés planteó una interesante pregunta: “¿Qué está pidiendo de ti Jehová tu Dios[?]” (versículo 12). Él es el Soberano del universo, el que nos dio la vida y el que nos mantiene con ella (Salmo 36:9; Isaías 33:22). Por lo tanto, tiene derecho a pedir de nosotros lo que quiera. Si hay alguien que puede exigirnos obediencia, ese es él. Sin embargo, no quiere que le obedezcamos a la fuerza. Al contrario, nos pide que seamos “obedientes de corazón” (Romanos 6:17).
 

Pero ¿qué nos motivará a obedecerle de buena gana? En el versículo 12 se indica un factor: “Tem[e] a Jehová tu Dios”. Aquí Moisés no estaba hablando de un angustioso terror a sufrir las consecuencias de nuestras malas acciones. Se refería a un profundo respeto por Dios y sus normas, lo que nos impedirá hacer nada que lo ofenda.
 

Con todo, el principal motivo para obedecer a Dios debería ser otro. Según indicó Moisés, Jehová quiere que ‘lo amemos y le sirvamos con todo el corazón y con toda el alma’ (versículo 12). En otras palabras, deberíamos obedecerle por amor. Sin embargo, amar a Dios conlleva más que sentir un afecto especial por él. Cierta obra de consulta explica que “en hebreo, los verbos de sentimiento a veces también aluden a las acciones que motivan dichos sentimientos”. Así pues, la persona que ama a Dios demuestra por sus acciones lo que siente. Por lo tanto, si de verdad amamos a Dios, trataremos de hacer todo lo que le agrade (Proverbios 27:11).
 

Ahora bien, ¿hay algún límite a nuestra obediencia a Dios? Moisés dijo: “And[a] en todos sus caminos” (versículo 12). Jehová nos pide que le obedezcamos en todo. Habrá quienes piensen que esta obediencia absoluta no puede ser beneficiosa. Pero en el caso de Dios, sí lo es.
 

Obedecerle de buena gana solo tiene ventajas para nosotros. Moisés lo indicó claramente en el versículo 13: “Guard[a] los mandamientos de Jehová y sus estatutos [...] para bien tuyo”. Sin importar lo que nos pida, siempre será lo mejor para nosotros. No olvidemos que “Dios es amor” (1 Juan 4:8). 

De modo que sus mandatos son para nuestro beneficio, tanto a corto como a largo plazo (Isaías 48:17). Si hacemos lo que él nos pide, nos ahorraremos muchas decepciones y, en el futuro, disfrutaremos de bendiciones eternas bajo el Reino de Dios.
 

En efecto, cuando Jehová nos pide algo, lo mejor es obedecerle en todo y de buena gana. Sin duda, hacerlo nos acercará todavía más a Jehová, el Dios amoroso que siempre tiene en cuenta lo que nos conviene.
 

[Notas]*
 

Aunque Moisés se estaba dirigiendo a la antigua nación de Israel, los principios aquí enunciados todavía son válidos para cualquiera que desee agradar a Dios (Romanos 15:4).
 

En el libro de Deuteronomio se repite constantemente que el temor de Dios debe guiar la vida de quienes sirven a Jehová (Deuteronomio 4:10; 6:13, 24; 8:6; 13:4; 31:12, 13).




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