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Sunday, September 18, 2011

Cómo superar el orgullo y la envidia



 

 El orgullo es divisivo, pues hace que la gente se crea superior y presuma con arrogancia de sus logros. Pero esa actitud jactanciosa atenta contra la unidad, pues puede despertar envidias. El discípulo Santiago lo expresó con franqueza: “Todo ese gloriarse [o presumir] es inicuo” (Sant. 4:16). Tratar a las personas como si fueran inferiores es una falta de amor. Cabe notar que Jehová es un excelente ejemplo de humildad, pues se digna a tratar con nosotros, que somos tan imperfectos. David le dijo a Dios: “Tu humildad es lo que me hace grande” (2 Sam. 22:36). 

La Biblia nos ayuda a vencer el orgullo enseñándonos a ver las cosas desde la debida perspectiva. Por ejemplo, Pablo preguntó por inspiración: “¿Quién hace que tú difieras de otro? En realidad, ¿qué tienes tú que no hayas recibido? Entonces, si verdaderamente lo recibiste, ¿por qué te jactas como si no lo hubieras recibido?” (1 Cor. 4:7).
 

 Otra actitud que socava la unidad es la envidia. Debido al pecado heredado, todos tenemos una “tendencia hacia la envidia” (Sant. 4:5). Ni siquiera los cristianos más maduros están libres de sentir celos de la situación, las posesiones, los nombramientos o las habilidades de los demás. 

Por ejemplo, un padre de familia podría envidiar a un ministro de tiempo completo por la asignación que desempeña, sin darse cuenta de que este podría envidiarlo a él porque tiene hijos. ¿Cómo evitaremos que esta actitud perturbe nuestra unidad?
 

 Algo que nos ayudará a no ser presa de la envidia es recordar que la Biblia compara a los miembros ungidos de la congregación con las partes del cuerpo (léase 1 Corintios 12:14-18). Pensemos en el ojo, que está a la vista de todos, y en el corazón, que no lo está. A pesar de esta diferencia, ¿no es cierto que valoramos ambos órganos? 

Pues así mismo valora Jehová a todos sus siervos, aunque en cierto momento algunos estén más “a la vista” que otros. Por eso, debemos aprender a ver a nuestros hermanos como él lo hace. Preocupémonos por ellos en vez de envidiarlos. Así contribuiremos a que sea cada vez más clara la distinción entre nosotros y los miembros de la cristiandad.




¿Por qué no ver las Escrituras aquí?   
 
BIBLIA EN LINEA 

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