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Thursday, December 1, 2011

Ayudemos al prójimo a apreciarla


 

 Muchas de las personas con quienes hablamos no están convencidas, como lo estamos nosotros, de que la Biblia es la Palabra de Dios. ¿Cómo podemos ayudarlas? 

El mejor modo suele ser abrir las Escrituras mismas y mostrarles su contenido. “La palabra de Dios es viva, y ejerce poder, y es más aguda que toda espada de dos filos, [...] y puede discernir pensamientos e intenciones del corazón.” (Hebreos 4:12.) 

“La palabra de Dios” no es historia muerta; está viva, y sus promesas avanzan inevitablemente hacia su cumplimiento. La influencia del mensaje bíblico en las verdaderas motivaciones del corazón de la gente es más poderosa que cualquier cosa que nosotros podamos decir.
 

 Numerosas personas se deciden a examinar más detenidamente la Biblia al ver el nombre de Dios en sus páginas. Otras se animan a estudiarla cuando se les muestra lo que dice sobre el propósito de la vida, la razón por la que Dios permite la maldad, el significado de los sucesos actuales o la esperanza de vida eterna en una Tierra paradisíaca. 

En los países donde las prácticas religiosas exponen a la gente al acoso de espíritus malignos, la explicación bíblica de cuál es la causa de dicho acoso y cómo librarse de él despierta el interés. 

¿Por qué impresiona a las personas sinceras el conocimiento de estas verdades? Porque solo la Biblia proporciona información confiable sobre todas esas cuestiones trascendentales (Salmo 119:130).
 

 Ahora bien, ¿qué podemos hacer cuando alguien nos dice que no cree en la Biblia? ¿Debería poner eso fin a la conversación? No, si la persona está dispuesta a razonar. Tal vez considere que la Biblia es el libro de la cristiandad, y su reacción negativa se deba al historial de hipocresía y entrometimiento en la política que posee dicha organización, así como a sus constantes peticiones de dinero. ¿Por qué no preguntarle si ese es el caso? 

Quizá susciten su interés los textos bíblicos que condenan los caminos mundanos de la cristiandad y los que muestran las marcadas diferencias entre esta y el verdadero cristianismo (Miqueas 3:11, 12; Mateo 15:7-9; Santiago 4:4).
 

 A otras personas les ayudará analizar directamente las pruebas de que la Biblia es inspirada de Dios. ¿Qué le convence a usted de que proviene de Jehová Dios? ¿Es lo que ella misma afirma respecto a su origen? ¿Son sus numerosas profecías, las cuales reflejan un conocimiento detallado del futuro y, por tanto, deben proceder de una fuente sobrehumana? (2 Pedro 1:20, 21.) 

Tal vez sea su armonía interna, asombrosa si se tiene en cuenta que la escribieron 40 hombres a lo largo de unos mil seiscientos años. ¿O se trata, quizá, de su exactitud científica, a diferencia de otros escritos de la época? 

Otras pruebas son la franqueza de sus escritores y su conservación pese a perversos intentos de destruirla. Todo lo que le haya impresionado a usted puede servirle para ayudar a otras personas.






¿Por qué no ver las Escrituras aquí?

BIBLIA EN LINEA

http://bit.ly/cZHJQJ

http://bit.ly/1rw0gT

http://bit.ly/ciF1LC

http://xchg.com

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