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Sunday, June 19, 2011

“Nunca lleguen a estar cargados”


 

 ¿Qué más podemos hacer para resistir el espíritu del mundo? Cuando Jesús dijo a sus discípulos “Manténganse despiertos”, acababa de prevenirlos contra algunos peligros concretos. Les había advertido: “Presten atención a sí mismos para que sus corazones nunca lleguen a estar cargados debido a comer con exceso y beber con exceso, y por las inquietudes de la vida, y de repente esté aquel día sobre ustedes instantáneamente como un lazo” (Luc. 21:34, 35).
 

 Repasemos las palabras de Jesús. ¿Estaba condenando acaso el placer de comer y beber? Claro que no. Él conocía bien esta declaración de Salomón: “He llegado a saber que no hay nada mejor [...] que regocijarse y hacer el bien durante la vida de uno; y también que todo hombre coma y realmente beba y vea el bien por todo su duro trabajo. Es el don de Dios” (Ecl. 3:12, 13). Pero también sabía que el espíritu del mundo promueve la falta de autodominio en lo que tiene que ver con la comida y la bebida.
 

 ¿Cómo podemos averiguar si el venenoso espíritu del mundo nos está afectando y ya no nos damos cuenta de que estamos excediéndonos en la comida y la bebida? Preguntémonos: “¿Cuál es mi reacción cuando leo en la Biblia  consejos sobre la glotonería? ¿Tiendo a desecharlos porque me parecen irrelevantes o exagerados? ¿Excuso o justifico mis acciones? ¿Qué pienso del consejo de consumir alcohol con moderación —si acaso uno lo consume— y de evitar por completo las borracheras? ¿Les resto importancia porque opino que por alguna razón a mí no me conciernen? Si alguien me dice que le preocupa mi consumo de alcohol, ¿me pongo a la defensiva o hasta me enfado? ¿Intento que quienes me rodean también resten importancia a esos consejos bíblicos?”. Como hemos visto, nuestra actitud es un claro indicativo de si estamos sucumbiendo o no al espíritu del mundo (compárese con Romanos 13:11-14).

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