Examining the Bible Scriptures Daily, Such instructions gave Jesus ‘the tongue of the taught ones’ so that he would ‘know how to answer the tired one with a word.’ (Isa. 30:20; 50:4; Matt. 11:28-30) Being awakened to timely counsel from the Word of God each morning will not only help you to cope with your own problems but also equip you with ‘the tongue of the taught ones’ to help others.”
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Wednesday, June 1, 2011
¿De qué mesa se alimenta usted?
“No pueden estar participando de ‘la mesa de Jehová’ y de la mesa de demonios.” (1 CORINTIOS 10:21.)
ESTAS palabras inspiradas del apóstol Pablo demuestran que ante la humanidad están puestas dos mesas figurativas. Cada una se caracteriza por la comida simbólica que se ha colocado sobre ella, y todos comemos de una o de la otra. Sin embargo, si queremos agradar a Dios, no podemos alimentarnos de su mesa y al mismo tiempo picar de la mesa de los demonios. El apóstol Pablo advirtió: “Las cosas que las naciones sacrifican, a demonios las sacrifican, y no a Dios; y no quiero que ustedes se hagan partícipes con los demonios.
No pueden estar bebiendo la copa de Jehová y la copa de demonios; no pueden estar participando de ‘la mesa de Jehová’ y de la mesa de demonios”. (1 Corintios 10:20, 21.)
Las palabras de Pablo nos recuerdan los sacrificios de comunión que los israelitas de la antigüedad ofrecían bajo la Ley de Jehová. Al altar de Dios se le llamaba una mesa, y se decía que el que llevaba el animal para ser sacrificado tenía comunión con Jehová y con los sacerdotes. ¿En qué sentido?
Primero, Jehová participaba en el sacrificio porque la sangre se rociaba sobre su altar y las llamas por debajo consumían la grasa. Segundo, el sacerdote participaba en el sentido de que él (y su familia) comía el pecho asado y la pierna derecha del animal sacrificado. Y tercero, el que presentaba la ofrenda participaba comiéndose el resto de la carne. (Levítico 7:11-36.)
Hoy día, comer de la mesa de Jehová significa adorarlo como él manda, según ejemplificaron Jesús y sus apóstoles. Para lograrlo tenemos que alimentarnos espiritualmente de lo que Jehová provee mediante su Palabra y su organización.
A los israelitas, que disfrutaban de comunión especial con Jehová a Su mesa, se les prohibió ofrecer sacrificios a los demonios en su mesa. Dios ha prohibido lo mismo a los israelitas espirituales y a sus compañeros, las “otras ovejas”. (Juan 10:16.)
¿Cómo pudiéramos hacernos culpables de comer de la mesa de los demonios en nuestros días? Al fomentar cualquier cosa que esté en oposición a Jehová.
La mesa de los demonios incluye toda la propaganda demoníaca, cuyo propósito es engañarnos y alejarnos de Jehová. ¿A quién le gustaría alimentar el corazón y la mente con ese veneno?
Los cristianos verdaderos rehúsan tener parte en los sacrificios que la mayoría de las personas hoy ofrecen a los dioses de la guerra y de las riquezas. (Mateo 6:24.)
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