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Sunday, July 17, 2011

Queda demostrado que el gobierno de Jehová es el mejor



 

“El Altísimo es Gobernante en el reino de la humanidad.” (DAN. 4:17)
 

SIN lugar a dudas, los gobiernos humanos han fracasado. Una de las principales causas es que el hombre carece de la sabiduría necesaria. Hoy es más clara que nunca la ineptitud de los sistemas políticos, pues abundan los dirigentes “amadores de sí mismos, amadores del dinero, presumidos, altivos”, “desleales”, “no dispuestos a ningún acuerdo, calumniadores, sin autodominio, feroces, sin amor del bien, traicioneros” e “hinchados de orgullo” (2 Tim. 3:2-4).
 

 Hace muchos siglos, nuestros primeros padres le dieron la espalda al gobierno divino. Quizás pensaron que se estaban independizando, pero en realidad estaban cayendo bajo el poder de Satanás, “el gobernante de este mundo”. Tras seis milenios de desastrosa gestión bajo influencia diabólica, el hombre se encuentra en el peor momento de su historia (Juan 12:31). 

Con referencia a la situación actual, la obra Historia Oxford del siglo XX señala que resulta inútil seguir “buscando un mundo perfecto”. Y da esta explicación: “No sólo es imposible hallarlo, sino que los intentos de crearlo son desastrosos, y en el peor de los casos provocan totalitarismos y guerras”. ¡Qué comentario tan franco sobre el catastrófico experimento del hombre!
 

 Trágicamente, Adán y Eva rechazaron el único gobierno que funciona a la perfección: el de Jehová. Claro, no sabemos con exactitud cómo habría administrado él la Tierra si no se hubieran rebelado. Pero podemos estar seguros de que habría guiado a toda la humanidad obediente con amor y de forma imparcial (Hech. 10:34; 1 Juan 4:8). 

Como su sabiduría es infinita, no habría caído en ninguno de los errores que han cometido los líderes políticos. La teocracia —el verdadero gobierno de Dios— habría satisfecho “el deseo de toda cosa viviente” (Sal. 145:16). En pocas palabras, habría sido el sistema ideal (Deu. 32:4). ¡Qué pérdida tan grande hemos sufrido!
 

 No obstante, conviene recordar un hecho: aunque Jehová permitió a los seres humanos elegir el autogobierno —es decir, ejercer por sí mismos el poder—, de ningún modo renunció a su legítimo derecho a reinar sobre ellos. En última instancia, “el Altísimo es Gobernante en el reino de la humanidad”, algo que hasta el poderoso rey de Babilonia se vio obligado a admitir (Dan. 4:17). 

Al final, el Reino logrará que se haga la voluntad divina (Mat. 6:10). Es cierto que Jehová ha permitido que Satanás actúe por ahora como “el dios de este sistema de cosas”, pues así podrán zanjarse las cuestiones planteadas por su rebelión (2 Cor. 4:4; 1 Juan 5:19). 

No obstante, el Diablo nunca ha podido excederse de los límites fijados por Jehová (2 Cró. 20:6; compárese con Job 1:11, 12 y 2:3-6). Además, siempre ha habido personas que han decidido someterse a su Creador a pesar de vivir en un mundo dominado por el Gran Adversario.

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