¿Qué puede estorbar el que sigamos tras la paz? Pablo menciona un impedimento al decir: “El tener la mente puesta en la carne significa muerte, pero el tener la mente puesta en el espíritu significa vida y paz; porque el tener la mente puesta en la carne significa enemistad con Dios”. (Romanos 8:6, 7.) Por “carne” Pablo alude a nuestra condición caída de humanos imperfectos, con tendencias pecaminosas heredadas. El ceder a las inclinaciones de la carne caída destruye nuestra paz. Si el cristiano comete inmoralidad, miente, hurta, usa drogas o viola la ley divina de otro modo y no se arrepiente, perturba la paz de que disfrutaba con Jehová. (Proverbios 15:8, 29; 1 Corintios 6:9, 10; Revelación 21:8.) Además, si permite que las cosas materiales lleguen a ser más importantes para él que los asuntos espirituales, llega a estar en grave peligro de perder su paz con Dios. (Mateo 6:24; 1 Juan 2:15-17.)
Por otro lado, Pablo dijo: “El tener la mente puesta en el espíritu significa vida y paz”. La paz es parte del fruto del espíritu, y si adiestramos nuestro corazón para que aprecie los asuntos espirituales y pedimos en oración que el espíritu de Dios nos ayude en esto, entonces evitaremos “el tener la mente puesta en la carne”. (Gálatas 5:22-24.) En 1 Pedro 3:10-12 se relaciona la paz con la justicia. (Romanos 5:1.) Pedro dice que el seguir tras la paz incluye ‘apartarse de lo que es malo y hacer lo que es bueno’. El espíritu de Dios puede ayudarnos a ‘seguir tras la justicia’ y así conservar la paz con Dios. (1 Timoteo 6:11, 12.)
El seguir tras la paz es un asunto de gran importancia para los ancianos en la congregación. Por ejemplo, si alguien trata de introducir prácticas contaminadoras, los ancianos tienen la responsabilidad de proteger a la congregación mediante tratar de censurar al pecador. Si este acepta la censura, recobra la paz. (Hebreos 12:11.) Si no la acepta, quizás haya que echarlo para conservar la relación pacífica entre la congregación y Jehová. (1 Corintios 5:1-5.)
No comments:
Post a Comment