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Tuesday, June 8, 2010

¡Saludos a todos!


Espero que lo disfruten en meditacion, Jha los bendiga.

RELATOS DE UNA SOBREVIVIENTE DE ARMAGEDON
Permítanme presentarme, mi nombre es Montserrat soy una joven de apenas 296 años, no crean que bromeo, aún llevo la cuenta de mis años y ha pasado tan poco tiempo…
que me parece que todo sucedió ayer… les voy a relatar mi historia.
Rozaba apenas los cuatro años, había un niño pequeño en una cuna, era mi hermanito y mi otra hermana… bueno, ella aún no llegaba, mamá la llevaba en su vientre todavía.
Recuerdo a mi mamá leyéndome por la noche una historia, no entendía muy bien de qué se trataba, pero estaba segura de que todo lo que mi mamá me leía era verdad.
Una noche le pregunté a mi mamá por que la gente siempre estaba haciendo cosas malas. Mamá con paciencia me enseñó que eso es producto de todas las cosas equivocadas que el hombre hace y que su desobediencia a Jehová hacía herir a otras personas. Luego habló de una vida mejor en un nuevo mundo.
Al principio me pareció un fantástico cuento, como el que muchas veces mi mamá me leía por las noches, pero al mismo tiempo me daba temor escuchar cómo llegaría a nosotros la belleza a la que hacía referencia mi madre.
Crecí en un hogar como Testigo de Jehová, salíamos a predicar, íbamos a las reuniones y no nos perdíamos las asambleas. El tiempo pasó. Mis hermanos crecieron y fuimos a
la escuela juntos, Armagedón aun no llegaba aunque todos sabíamos que en cualquier momento llegaría, faltaba tan poco tiempo…Durante mi preparación académica, estudié medicina, me especialicé en cardiología, me encantaba trabajar con los corazones de las personas, serví tres años en la unidad de
Trasplantes del Hospital local, como médico había prestado mis servicios a tantos que ya no podía recordarlos a todos, me encantaba escuchar sus historias y ayudarles si
tenían algún problema.
La crisis económica que azotaba a todos los países se había duplicado, los centros de salud ya no eran efectivos, la gente moría por todos lados, ¡cuantas veces oré a Jehová, para que ya cesara tanta injusticia, para que las enfermedades se fueran y las guerrasdejaran de existir!.
La maldad se había acelerado en todo el mundo de forma significativa, habían aumentado las enfermedades, la pobreza, las guerras locales y el desamor de la
humanidad se podía palpar en toda la sociedad.
Podía verse a la gente destruyendo los templos por doquier, buscaban algo que les perteneciera, ropa, alimentos, dinero, en fin… todo había sido saqueado y habían huido con todo lo que había.
Hubo mucha persecución, algunos hermanos murieron, otros pudimos escapar con vida de aquella persecución tan terrible que se había desatado en toda la tierra.
Ahora sí, Armagedón había llegado.
Ya hace 271 años que Jehová destruyó todo el sistema de cosas inicuo, mi familia y yo por la bondad inmerecida de Jehová fuimos parte de los sobrevivientes de esa
destrucción.
Recuerdo que participamos activamente en la limpieza de las calles. Hicimos algunos huecos profundos por que el olor a muerte estaba en todos lados. Me dolió ver algunas
personas queridas muertas, esparcidas como cáscaras en las calles, algunas de ellas eran parte de mi familia, otros vecinos, y compañeros.
Pensé en todos ellos, en cuantas veces se les habló acerca de la verdad del reino, pero nunca hicieron caso, ahora era tarde, ya no había tiempo. Jehová estaba destruyendo a
los que habían causado ruina a la tierra y ellos ahora morirían también.
El tiempo transcurre, ya no llevamos cuenta de él.
Ya no hay hospitales y no existe el dinero, no hay ricos y no hay pobres, solo hay personas felices por todo lado donde se mire, algunas personas han rejuvenecido bastante, apenas podemos recordar algunas de las enfermedades.
No existen los mudos, ni los sordos, no hay ciegos, todo eso es un vago recuerdo del pasado.
Aunque mi carrera académica terminó, hoy tengo una satisfacción mayor, pues continúo trabajando con los corazones de las personas al llevarles el mensaje de vida de Jehová.
Ya han empezado a efectuarse las primeras resurrecciones y me encanta verlas a la cara cuando se dan cuenta de que acaban de resucitar.
La semana pasada fuimos a pasear a un lugar que anteriormente se me hacía conocido, pero no recuerdo que había antes allí, mi hermano lanzó una bola que cayó sobre algo blanco que estaba puesto en aquel bello jardín.
¡Mirá lo que hay aquí! - exclamó Sebastián - ¡es una lápida!
Inmediatamente recordé ¡claro! aquel hermoso lugar, antes fue un cementerio, estaba lleno de flores y no habían casi lápidas en él, la mayoría de las personas ya habían
resucitado.
¡No saben ustedes cuanta alegría sentimos cada vez que llega un nuevo resucitado a la comunidad!
Es un gozo indescriptible, recordar las palabras de Jesús cuando dijo que "llegaría la hora en que todos los que estaban en las tumbas conmemorativas escucharían su voz y saldrían!
¡Qué maravilla poder ver a mis seres queridos!, apenas pude recibir a mis abuelos, lloré como nunca antes había llorado en toda mi vida.
¡Jehová había cumplido su promesa! ¡Los muertos empezaban a resucitar!!
Mi mamá participa en la circulación del diario NOTICIAS DEL REINO, allí podemos encontrar, como lo hacíamos antes de la venida de Armagedón, la lista de las personas
que vuelven a la vida.
Debo contarles que ayer tembló muy fuerte, pues casi siempre antes de una resurrección ocurre un temblor fuerte o un terremoto.
Nos preparamos y corremos a donde antes fueron antiguos cementerios para ser testigos del milagro de la resurrección.
Mi hermana Rebeca y yo presenciamos una de las resurrecciones ocurridas en nuestra comunidad, recuerdo que llovía mucho, había una persona sentada en el suelo, apenas podía cubrirse, eran las tres de la tarde, se encontraba totalmente cubierto de barro, tenía
algunas telas viejas en sus pies, sostenía en su mano lo que parecía ser un anillo.
Nos acercamos a él para ofrecerle ayuda, aunque confieso que yo no tenía palabras para él, acababa de verlo salir de un hoyo que estaba cerca, limpiaba un poco sus manos y su
cabeza, cuando nos acercamos, mi hermana ofreció traerle algunas prendas e inmediatamente le hablamos sobre el reino y las bendiciones de un mundo nuevo,pronto empezó a llorar como un niño.
Corrimos a donde la hermana Julia que es una de las encargadas de confeccionar algunas de las prendas que visten los recién llegados, el hombre estaba totalmente
asombrado de todo lo que ocurría a su alrededor, admiró los deliciosos frutos que se encontraban en aquel hermoso lugar, la hierba, los árboles tan altos y los pajarillos volando de un lugar a otro como dándole la bienvenida también. Rápidamente nos fuimos de allí pues como testigos de aquella maravilla, era necesario que lo
informáramos a los hermanos encargados de levantar la lista de los resucitados.
Este año le tocó a la casa de los hermanos Fallas, convertirse en el punto de reunión de los recién llegados.
Hoy hay fiesta en casa de los hermanos, su propiedad se sitúa en una hermosa pradera que ellos han revestido con flores de todos los colores, a la entrada cuatro hermosos robles adornan el camino, a lo largo podemos ver un lago hermoso, lleno de bellos cisnes ¡que bello jardín! Los niños han hecho una casita en lo alto de un árbol, muchos corren para darnos la bienvenida, algunos de los invitados son resucitados de nuestra zona, esperamos compartir con ellos sus experiencias, antes de su llegada al nuevo mundo.
La mesa está servida, hay infinidad de alimentos, los frutos maduros indican que estamos en época de cosecha, las frutas enormes, nos recuerdan la bendición de Jehová de un nuevo mundo prometido.
Hemos conservado el espíritu de comunidad y amistad que tenían las congregaciones antes del Armagedón, no sólo nos reunimos para estudiar, sino también para compartir
todas las cosas con las que hemos sido bendecidos por Jehová.
Al hacer la oración de gracias antes de la cena; el hermano Carlos expresó el aprecio de todos por los alimentos, evidencia de la bendición de Jehová, agradeció a Dios que
ningún hermano se hubiera lastimado mientras trabajaba y nada lamentable causado por la imperfección humana, aún no dominada, hubiera empañado nuestra alegría, nos sorprendimos tanto de eso, que ya casi lo habíamos olvidado. Aquí todo es paz, belleza y alegría, poco a poco nos acercamos a la perfección.
El hermano agradeció la presencia de los recién llegados, y las nuevas familias que ahora disfrutaban de vida en el nuevo mundo, algunas de ellas acababan de recibir a sus seres amados mediante el milagro de la resurrección, otras, eran sobrevivientes de lacólera de Jehová, y ahora todos estábamos reunidos, juntos alabando al Creador del
Universo, compartiendo nuestras experiencias en el campo y dando ayuda a los nuevos.
Dentro de la casa una hermosa voz canta, hay bailarines y los niños han organizado un espectáculo hermoso, el dueño de casa nos invita a presentarnos a todos por nombre, y a
que contemos un poco de nuestra vida en el viejo sistema de cosas.
Algunos de ellos no tenían mucho que decir, habían sido personas dedicadas a sus familias o a sus trabajos, otros no tenían pasado, habían nacido y muerto unos pocos meses después.
Había un hermoso joven sentado en uno de los sillones de la casa, sus ojos brillaban y sus pies no dejaban de moverse al ritmo de la música de los bailarines, su mente parecía
estar totalmente ocupada por toda aquella maravilla que asomaba a su presencia, y prestaba atención a cuanto ruido y movimiento había.
¡Que hable Juan! ¡Que hable Juan! - gritó uno de los niños.
Nací con una enfermedad terrible, dijo el joven, mi vida fue totalmente llena de problemas, mi familia no tenía recursos para cuidarme, así es que me abandonó en un albergue para niños con parálisis cerebral desde la edad de los tres años, de mi madrenunca volví a saber nada, como no me podía mover, ni podía hablar, las personas encargadas del lugar me llevaban a dar un paseo al jardín una vez a la semana, así crecí, y estuve allí hasta que cumplí veinte años, una enfermedad atacó mis pulmones y rápidamente tuve que depender de un respirador artificial, una noche de lluvia, recuerdo que lo que yo más anhelaba era salir, y poder tocar la hierba del jardín donde tantas veces antes había ido. Recuerdo los pajarillos revoloteando por los arbustos, las flores de colores y el aroma de la hierba.
¡Cómo me hubiera gustado poder tocarlos, poder sentirlos!, pero no podía, ya no sentía mi cuerpo, ahora sentía una serie de dolores que me dificultaban la respiración, al fin
pensé que esa había sido mi vida, cerré mis ojos, - y no recuerdo más.
Cuando me levanté, y pude sentir la hierba a mis pies, y pude tocar por primera vez los pétalos de las rosas, lloré como nunca antes lo había hecho, pues en mi estado tan
deplorable, tampoco había podido llorar nunca, mi mente ahora estaba clara, podía moverme, ya no tenía aquellos terribles dolores que azotaban mi cuerpo.
Al fin podía expresarme, algo que nunca pude hacer antes. Esta mañana antes de alistarme para venir, pude percibir el delicioso olor de las flores, y las golondrinas por las mañanas me anuncian el nuevo día.
¡Sin duda he sido bendecido al darme Jehová la oportunidad de levantarme, mi cuerpo no tiene dolores ni enfermedades! ¡Qué bendición el milagro de la resurrección!
La historia de Ana nos recordó lo frágil que es la vida. Tantos años de vivir en paz y armonía nos han hecho olvidar algunos de los trastornos de la humanidad alejada de Dios. Y aunque no alcanzamos aún la perfección, nos alegramos de que todos losmiembros de la tierra en este momento gocen de justicia y amor, la maldad se ha ido.
Recuerdo aquel día de mayo, era una hermosa mañana cuando me dirigía hacia mi trabajo, relató Ana, de camino a la escuela en donde fui maestra, un hombre alto y
robusto me hizo una pregunta, ahora recuerdo que lo que quería era el dinero que yo llevaba en mi bolso, siento algo extraño en mi pecho, veo, y me doy cuenta de que un hilo de sangre moja mi blusa, caigo al suelo, le pido a Jehová que por favor escuche mi oración, -recuerdo un hombre vestido de blanco a mis pies, unas luces de colores y un fuerte ruido, - hay que operar inmediatamente dijo el hombre de blanco. -El arma haperforado una arteria.
Totalmente consciente de mi estado, me doy cuenta de que mi vida se apaga, hago una
oración al Creador y espero sus bendiciones, las mismas que antes prediqué de casa en
casa, después de eso no recuerdo nada más.
Cuando abrí mis ojos y al fin vi el paraíso en el que me encontraba, inmediatamente supe que había sido bendecida una vez más con el don de la vida. Jehová me había levantado de entre los muertos, mi familia, amorosa como siempre, me recibió en su casa y me contó, cómo fueron ellos también sobrevivientes de Armagedón.
¡Qué alegría volver a ver a mis seres querido otra vez! Han pasado tantos años, y sin
embargo, solo me parece que he estado dormida un poco tiempo. Mi padre y mi madre son jóvenes otra vez sus problemas de vejez se han ido, todo es perfecto.
Las experiencias continuaron, al tiempo que la música y los alimentos llegaban a su fin, un sinnúmero de nuevas historias nos esperan, allá a lo lejos podemos ver el atardecer, la noche aun no llega, nos separamos pensando cada uno en el otro, cultivamos laarmonía así como lo habíamos hecho antes.
Delante de nosotros una infinidad de bendiciones nos esperan, el Reino de Jehová y su cristo, ya es una realidad, la eternidad se extiende adelante, esperando una interminable
cascada de bendiciones, las guerras cesaron, no hay temor, no hay dolor, las cosas anteriores han pasado, sea bendecido Jehová por toda la eternidad, al fin vida eterna.


Actualmente, tengo 11 años, mi hermano 9 y mi hermanita 6, todos somos miembros
activos en nuestra congregación junto a nuestra familia. Y esperamos las bendiciones del Reino en un nuevo mundo prometido.
Espero que mi historia haya sido de su agrado, reciban mil bendiciones.

Su hermanita en la fe, Montserrat.


Que Jehová los bendiga
.

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