PARÍS. El Tribunal Europeo de Derechos Humanos de Estrasburgo condenó hoy a Rusia por haber disuelto en 1998 de manera "injustificada" a los Testigos de Jehová y haber rechazado de forma repetida desde entonces su autorización oficial.
El Tribunal de Estrasburgo consideró que al rechazar reiteradamente la inscripción de los Testigos de Jehová de Moscú, las autoridades rusas "no actuaron de buena fe y faltaron a su deber de neutralidad y de imparcialidad" con esta comunidad religiosa.
Asimismo, la Corte estimó que la duración del proceso de disolución ante los tribunales (cinco años y medio) fue "excesivo", y dictaminó que Rusia debe pagar a los demandantes 20.000 euros por el daño moral y 50.000 euros por las costas judiciales.
Los jueces de Estrasburgo determinaron que Rusia violó tres artículos del Convenio Europeo de Derechos Humanos: el derecho a la libertad de pensamiento, conciencia y religión; el derecho a la libertad de reunión y asociación; y el derecho a un proceso justo en un período razonable.
Los testigos de Jehová habían estado presentes en Rusia desde 1891, y tras su prohibición durante el régimen comunista, lograron en 1993 el estatus de "persona moral".
Pese a ello, en 1998 un tribunal moscovita sentenció su disolución y puso fin a sus actividades, a petición de una organización no gubernamental próxima a la Iglesia ortodoxa rusa.
Los demandantes intentaron en reiteradas ocasiones, con el pretexto de la entrada en vigor de la ley sobre libertad de conciencia y asociaciones religiosas en 1997, volver a recuperar su estatus, pero finalmente en 2004 una decisión de la justicia ordenó su disolución definitiva.
Por otro lado, el Tribunal de Estrasburgo también condenó a Rusia con otras dos sentencias por la desaparición de ocho chechenes, y dictaminó que Rusia había violado el derecho a la vida debido a la ausencia de una investigación efectiva.
Según los elementos del dossier, a los ocho chechenes se los llevaron hombres armados a bordo de vehículos militares blindados.
Desde entonces no se tiene noticias de ellos.
Asimismo, la Corte estimó que la duración del proceso de disolución ante los tribunales (cinco años y medio) fue "excesivo", y dictaminó que Rusia debe pagar a los demandantes 20.000 euros por el daño moral y 50.000 euros por las costas judiciales.
Los jueces de Estrasburgo determinaron que Rusia violó tres artículos del Convenio Europeo de Derechos Humanos: el derecho a la libertad de pensamiento, conciencia y religión; el derecho a la libertad de reunión y asociación; y el derecho a un proceso justo en un período razonable.
Los testigos de Jehová habían estado presentes en Rusia desde 1891, y tras su prohibición durante el régimen comunista, lograron en 1993 el estatus de "persona moral".
Pese a ello, en 1998 un tribunal moscovita sentenció su disolución y puso fin a sus actividades, a petición de una organización no gubernamental próxima a la Iglesia ortodoxa rusa.
Los demandantes intentaron en reiteradas ocasiones, con el pretexto de la entrada en vigor de la ley sobre libertad de conciencia y asociaciones religiosas en 1997, volver a recuperar su estatus, pero finalmente en 2004 una decisión de la justicia ordenó su disolución definitiva.
Por otro lado, el Tribunal de Estrasburgo también condenó a Rusia con otras dos sentencias por la desaparición de ocho chechenes, y dictaminó que Rusia había violado el derecho a la vida debido a la ausencia de una investigación efectiva.
Según los elementos del dossier, a los ocho chechenes se los llevaron hombres armados a bordo de vehículos militares blindados.
Desde entonces no se tiene noticias de ellos.
10 de Junio de 2010 08:20
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