El que se avergüence de mí [...], el Hijo del hombre también se avergonzará de él (Mar. 8:38).
El Diablo tiene al mundo bajo su control, por lo que puede decirse que también controla los medios de comunicación. No sorprende, pues, que lo que el mundo lee, ve y escucha esté saturado de inmoralidad y violencia. La industria de la publicidad se esfuerza por crear en nosotros el deseo de consumir bienes que no necesitamos. De esa manera, el Diablo trata de seducir nuestros sentidos con tentaciones materialistas. Sin embargo, cuando nos negamos a leer, ver o escuchar cosas que son inaceptables para un cristiano, estamos diciendo “¡Vete, Satanás!”. Al rechazar con firmeza lo que nos ofrece este mundo, demostramos que imitamos a Jesús (Mat. 4:8-10). También demostramos que no somos parte del mundo de Satanás cuando no tenemos temor de decirles a nuestros compañeros de trabajo o de estudios, así como a vecinos y parientes, que somos testigos de Jehová y discípulos de Jesucristo
Sunday, August 22
Whoever becomes ashamed of me . . . , the Son of man will also be ashamed of him.—Mark 8:38.
The Devil is in control of this world. Hence, he controls its media. It is not surprising, therefore, that the world’s viewing, listening, and reading material is saturated with immorality and violence. This world’s advertising elements try to build in us a desire for a flood of consumer goods that we do not need. By such means, the Devil constantly tempts us with materialistic attractions that can appeal to our eyes, ears, and minds. But when we refuse to view, listen to, and read Scripturally unacceptable material, we are in effect saying: “Go away, Satan!” We thus imitate Jesus in being firm and decisive in our rejection of Satan’s unclean world. (Matt. 4:8-10) The fact that we are no part of Satan’s world is also seen in how we courageously identify ourselves as Jehovah’s Witnesses and Christ’s followers at work, at school, in the neighborhood, and among our relatives.
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