¡Saludos!

Esta experiencia viene desde Canadá. Fue contada por el hermano André Ramseyer, siervo de circuito.

En Inglaterra, un hermano ciego tenía un perro lazarillo, que fielmente lo conducía donde quiera que iba el hermano, incluyendo las reuniones de la congregación, todas las semanas. El perro entró en la rutina de llevarlo al Salón del Reino cada martes, jueves y domingo. Cuando el hermano falleció, el perro se volvió propiedad de otra persona ciega. Esta vez de un hombre que no era Testigo de Jehová. El perro dejó intrigado al hombre, pues todos los martes, jueves y domingo, el perro se impacientaba por salir y animaba a su dueño, a levantarse y salir de casa. Finalmente el hombre acabó dejándose llevar por el perro y sin saber, fue llevado al Salón del Reino y conducido a un asiento. El hombre no sabía dónde estaba, mas apreció la calurosa recepción de parte de todos, quienes reconocieron a aquel perro. Producto de eso, el hombre comenzó un estudio bíblico con los Testigos. Esta experiencia nos muestra cómo Jehová puede usar incluso a su creación animal para traer a alguien a la verdad, pero también nos muestra que….si un perro sabe donde tiene que estar los martes, jueves y domingos, no es un buen ejemplo para nosotros con respecto a nuestra asistencia a las reuniones?

Gracias al hermano Alex por mandarmela.