TEMA DEL AÑO; ( QUINTA PARTE ).
El tema del año que viene, se basa en una frase especial enmarcada en Juan 15:19;
“Ustedes no son parte del mundo”
Los discursos de nuestra esperada asamblea de circuito, se han preparado para ayudarnos primeramente a;
“ ¿CÓMO NOS PROTEGE EL SERVICIO DE TIEMPO COMPLETO? ” .
“ NO SER PARTE DEL MUNDO ” .
La importancia de evitar contaminarnos con;
“ LA BESTIA SALVAJE ” .
“ LA GRAN RAMERA ” .
“ LOS COMERCIANTES VIAJEROS ”
En otra serie de discursos, recibiremos la animosa exhortación de;
“ AMAR A JEHOVÁ Y NO AL MUNDO ” .
“ CONSERVAR NUESTRA POSTURA COMO RESIDENTES FORASTEROS ” .
“ COBRAR VALOR PARA VENCER AL MUNDO ” .
ANTE, ESTE BANQUETE ESPIRITUAL QUE JEHOVÁ NOS OFRECE BONDADOSAMENTE, MEDIANTE SU ESCLAVO FIEL Y DISCRETO SURGE LA PREGUNTA;
¿ESTAMOS PREPARANDO CON GOZO NUESTRA; MENTE, CORAZÓN Y CUERPO PARA RECIBIRLO?
BIEN, SIENDO ASÍ; EXAMINEMOS JUNTOS PARTE DEL EXQUISITO MENU QUE DEGUSTAREMOS EN COMPAÑÍA DE NUESTR@S AMAD@S HERMAN@S.
El pasado 12 de septiembre, pusimos a consideración como, ( Cuarta Parte )un breve análisis del tema;
La importancia de evitar contaminarnos con;
“ LA GRAN RAMERA ” .
Esta semana del 20 de Septiembre, como ( quinta parte ) compartiremos un análisis breve de otro de los platillos fuertes, que se servirán en la mesa de Jehová;
La importancia de evitar contaminarnos con;
“ LOS COMERCIANTES VIAJEROS ”
Para empezar veamos la definición de que se da a un comerciante o mercader;
Persona que compra, vende o permuta con la intención de obtener ganancias. El término hebreo que se traduce “comerciante” o “mercader” se refiere literalmente a alguien que ‘viaja de un lugar a otro’ con fines comerciales. (Gé 34:10, nota.)
Hoy en día hay muchísimos millones de personas que profesan ser seguidores de Jesucristo. Sin embargo, es una cosa alegar ser cristiano y otra cosa realmente ser cristiano. Jesús mismo hizo resaltar este punto en su Sermón del Monte: “No todo el que me dice: ‘Señor, Señor,’ entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos. Muchos me dirán en aquel día: ‘Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, . . . y en tu nombre ejecutamos muchas obras poderosas?’ Y sin embargo, entonces les confesaré: ¡Nunca los conocí! Apártense de mí, obreros del desafuero.”—Mat. 7:21-23.
Entre las muchas cosas que distinguen a los cristianos genuinos de los que lo son únicamente de nombre es el que los primeros se mantienen separados del mundo. Jesús hizo hincapié en eso la noche en que fue traicionado, pues dijo a sus seguidores: “Si el mundo los odia, saben que me ha odiado a mí antes que los odiara a ustedes. Si ustedes fueran parte del mundo, el mundo le tendría afecto a lo que es suyo. Ahora bien, porque ustedes no son parte del mundo, sino que yo los he escogido del mundo, a causa de esto el mundo los odia.” Mostró la importancia de esto mismo al orar a su Padre celestial aquella noche, pues declaró: “Ellos no son parte del mundo, así como yo no soy parte del mundo.”—Juan 15:18, 19; 17:16.
‘No ser parte del mundo.’ Eso significa mantenerse separado del mundo. No hay duda de eso. Pero ¿a qué estaba refiriéndose Jesús al usar la expresión “el mundo”? Jesús hizo una distinción entre sus seguidores y aquel “mundo” cuando dijo en oración: “Yo hago petición respecto a ellos [los discípulos]; no hago petición respecto al mundo, sino respecto a los que me has dado; porque tuyos son.” (Juan 17:9) Por la expresión “el mundo,” Jesús ahí demuestra que está refiriéndose al inicuo e impío mundo, o kosmos, que está compuesto de aquellos de quienes el apóstol Juan dice que están “yaciendo en el poder del inicuo.” (1 Juan 2:15-17; 5:19) El dios y gobernante de este mundo es Satanás el Diablo.
LO QUE CONSTITUYE EL MUNDO
Satanás ha organizado este mundo en varias partes o divisiones. Una de las más sobresalientes es Babilonia la Grande, el imperio mundial de la religión falsa, al que se describe en Revelación 17:3-6 como “la madre de las rameras y de las cosas repugnantes de la tierra.” Se dice que ésta se halla borracha con la sangre de los santos, los testigos de Jesús.
Otra parte muy prominente del mundo de Satanás son los reinos políticos de la Tierra, descritos por el apóstol Juan como una bestia que asciende del mar y que tiene siete cabezas y 10 cuernos. (Rev. 13:1)
Se ve que estos reinos son parte del mundo de Satanás porque Satanás pudo ofrecérselos a Cristo Jesús a condición de que él le rindiera un acto de adoración.—Mat. 4:8, 9.
Como parte de su mundo, Satanás también controla un sistema comercial que es despiadadamente codicioso y opresivo. En Revelación 18:11 se representa a éste como“comerciantes viajeros.” Este sistema comercial explota a la gente común y se esfuerza por mantenerla en esclavitud, en un cautiverio económico, tal como Babilonia la Grande se esfuerza por mantener a la gente en un cautiverio religioso y los gobiernos de este mundo se esfuerzan por mantener a la gente en cautiverio político.
El mundo de Satanás también está corrompido por toda suerte de prácticas inmorales, como lo indica el apóstol Juan en 1 Juan 2:15, 16: “No estén amando ni al mundo ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él; porque todo lo que hay en el mundo —el deseo de la carne y el deseo de los ojos y la exhibición ostentosa del medio de vida de uno— no se origina del Padre, sino que se origina del mundo.”
¿Por qué se manda a los cristianos que se mantengan separados del mundo que está bajo el control de Satanás?
Primeramente, notemos lo que no significa el mantenernos separados del mundo. No significa que no debemos tener absolutamente nada que ver con aquellos que tienen el espíritu del mundo, que están envueltos en religión falsa, en política corrupta, o en codiciosos proyectos comerciales o inmorales. Pues en tal caso, como nos lo recuerda el apóstol Pablo, tendríamos que salir literalmente del mundo. (1 Cor. 5:9, 10)
El mantenernos separados del mundo tampoco significa que no podamos disfrutar de entretenimiento sano o que no podamos visitar a familiares o permitir que ellos nos visiten solo porque no sean creyentes.
Más bien, el mantenernos separados del mundo está relacionado con la cuestión que tuvo su principio cuando Jehová Dios predijo que habría enemistad entre la descendencia de la mujer, la santa organización de Dios, y la descendencia del dios de este mundo, Satanás el Diablo. Significa mantenernos equilibrados, no hacernos esclavos de ninguna cosa que este mundo pueda ofrecer. Significa no transigir con este mundo.
Tal transigir obviamente desagradaría a Jehová Dios. Significa ‘no andar en el consejo de los inicuos, no pararnos en el camino de los pecadores, y no sentarnos en el asiento de los burladores.’—Sal. 1:1.
Es de interés notar aquí el punto de vista que tenían en cuanto al mundo los cristianos del siglo dos de la era común, como nos lo informa el historiador Cadoux en su obra The Early Church and the World (La iglesia primitiva y el mundo) de 1925 E.C.: “Los escritores de esta época en conjunto tienen un punto de vista muy negro de la condición de la raza humana más allá de los confines de la Iglesia Cristiana.
Un gran número de características inicuas se atribuyen al ‘mundo’ o a ‘esta época’: a saber, error, oscuridad, ceguedad, borrachera, engaño, maldad, iniquidad, contaminación, corrupción, futilidad, bajeza, impiedad, irreverencia, incredulidad y blasfemia.”
Tenemos que mantenernos separados del mundo de Satanás debido a su impiedad y su odio a Jesucristo. El fraternizar con este mundo, o hacernos parte de él, ¿qué hace de nosotros? El discípulo Santiago contesta: “Adúlteras, ¿no saben que la amistad con el mundo es enemistad con Dios? Cualquiera, por lo tanto, que quiere ser amigo del mundo está constituyéndose enemigo de Dios.” (Sant. 4:4)
¿Estamos en posición de tener a Jehová Dios como nuestro enemigo? El apóstol Pablo contesta esta pregunta en 1 Corintios 10:21, 22: “No pueden estar bebiendo la copa de Jehová y la copa de demonios; no pueden estar participando de ‘la mesa de Jehová’ y de la mesa de demonios. ¿O ‘estamos incitando a Jehová a celos’? Nosotros no somos más fuertes que él, ¿verdad?”
La “copa” y la “mesa” de los demonios se encuentran dentro de “Babilonia la Grande.”
Esta enseña mentiras, levanta calumnias contra Jehová Dios y ha sido utilizada por Satanás para extraviar a toda la tierra habitada. (Rev. 12:9) Por eso, ¿cómo pueden los verdaderos siervos de Dios tener causa común con cualquiera de las religiones de este mundo?
Jesús no practicó la unión de fes.
No se unió a ninguna de las sectas del judaísmo que se oponían al yugo romano.
Tampoco pueden sus verdaderos seguidores hoy día practicar la unión de fes.
Tienen que hacer caso de las palabras de Isaías 52:11: “Apártense, apártense, sálganse de allí, no toquen nada inmundo; sálganse de en medio de ella, manténganse limpios, ustedes los que llevan los utensilios de Jehová.”
¡Qué poderosas razones hay para que los cristianos se mantengan separados de la parte religiosa y comercial del mundo de Satanás!
Hay también razones poderosas por las cuales los verdaderos siervos de Dios, los seguidores sinceros de Jesucristo, tienen que mantenerse separados de la parte política del mundo de Satanás, de todo nacionalismo y política.
¿No están opuestas estas cosas también al reino de Dios?
Al estar ante el representante del Imperio Romano, Poncio Pilato, Jesús testificó: “Mi reino no es parte de este mundo. Si mi reino fuera parte de este mundo, mis servidores habrían peleado para que yo no fuera entregado a los judíos. Pero, como es el caso, mi reino no es de esta fuente.” (Juan 18:36)
Dado que en aquel entonces ni Jesús ni sus seguidores eran parte del mundo político, tampoco lo pueden ser los seguidores de Jesús hoy día. Se puede ver que las naciones del mundo no tienen nada en común con el Dios verdadero, pues el dios de este mundo las está juntando, mediante expresiones inspiradas, a la guerra del gran día de Dios el Todopoderoso en Har-Magedón. (Rev. 16:14, 16) El apóstol Pedro, expresa muy bien que los cristianos son forasteros y residentes temporales. (1 Ped. 2:11)
En armonía con este hecho, el apóstol Pablo en Filipenses 3:20 indica que los verdaderos seguidores de Cristo son ciudadanos de los cielos.
Por eso los testigos cristianos de Jehová no participan en la política; tampoco compran ni llevan tarjetas de partidos políticos.
Puesto que 1 Juan 2:15, 16 nos da advertencia sobre el materialismo de los comerciantes y la inmoralidad del mundo, que son exactamente lo opuesto de la devoción piadosa, también tenemos que mantenernos separados de éstos si queremos ser santos como Jehová Dios es santo.—1 Ped. 1:15, 16.
Una vez más, podemos meditar en lo valioso que es el alimento que Jehová prepara para mantenernos bien nutridos espiritualmente.
La semana próxima y en sucesivas, si la misericordia de nuestro padre Jehová nos permite, seguiremos poniendo a su consideración un sexto análisis de lo que implica;
La importante exhortación;
“ AMAR A JEHOVÁ Y NO AL MUNDO ” .
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