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Monday, April 5, 2010

Pero, ¿cómo pueden otras personas ayudar a los deprimidos?


Pero, ¿cómo pueden otras personas ayudar a los deprimidos?
“Hablen confortadoramente”
Cierta cristiana deprimida imploró con lágrimas a su esposo: “¿Qué voy a hacer? ¡Simplemente no puedo seguir de esta manera!” El esposo, que no era creyente, replicó: “¡Tú simplemente vas a tener que tolerarlo!” ¡Lamujer se sintió tan abrumada que al día siguiente casi se suicidó! ¡Qué importante es obedecer el mandato bíblico: “Hablen confortadoramente a las almas abatidas!” Si uno no lo hace, hasta pudiera causar daño irremediable. Pero, en muchos casos, tal vez alguien quiera alentar a un alma deprimida y no sepa qué decir.—1 Tesalonicenses 5:14.
En su segunda carta a los cristianos de Corinto, Pablo indica que se sentía ‘atribulado,’ pues tenía “temores por dentro.” Un buen informe lo consoló. Tito le informó acerca de la mejora en la condición espiritual de la congregación de Corinto y del “celo” o interés de ellos para con Pablo, y del “anhelo” que ellos tenían de verlo. El enterarse de que ellos le amaban animó a Pablo. (2 Corintios 7:5-7) Lo mismo es cierto hoy. Cierta cristiana que sufrió de una depresión paralizadora declaró: “Más que nada se necesita saber que otros se interesan en uno como persona. Se necesita oír a alguien decir: ‘Comprendo; pronto estarás bien. Comprendo lo que estás experimentando y me agrada hablar contigo.’”
“Aprendí a ejercer empatía”
“Hay una lección que jamás olvidaré,” admitió cierta madre cristiana que sufrió de depresión. “Aprendí a ejercer empatíaAntes, creía que todo lo que uno tenía que hacer era esforzarse por ser activo, de modo que nunca me compadecí mucho de los enfermos. Ahora comprendo la situación. Cuando varios amigos me dijeron que ‘saliera de esa condición,’ eso era lo que más yo quería hacer, pero en aquel entonces no podía controlar la situación de manera alguna. Los comentarios de aquellas personas realmente me herían. Los deprimidos necesitan que otros ‘compartan sus sentimientos como compañeros.’—1 Pedro 3:8.
¿Cómo pueden ayudar los miembros de la familia y las amistades? Cierta madre de 40 años de edad que anteriormente había estado deprimida reflexionó como sigue: “Uno no solo se siente terrible física y emocionalmente, sino que también se siente culpable porque no está haciendo lo que normalmente haría para su familia.” Por eso ella dio el siguiente consejo: “Haga saber a la persona deprimida que usted reconoce que ella está haciendo lo mejor que puede. Anímela a seguir adelante.”
Aunque se necesitan y se aprecian las palabras edificantes, los que deseen ser útiles tal vez puedan ofrecer más ayuda.
 apoyo a los débiles
El apóstol Pablo instó a los de la congregación de Tesalónica a que no solo ‘hablaran confortadoramente a las almas abatidas,’ sino que también ‘dieran su apoyo a los débiles, fueran sufridos para con todos.’ El término “apoyo” encierra obras, pues la palabra que originalmente se usó en el griego lleva el sentido primordial de mantenerse directamente enfrente de la otra persona para sostenerla.—1 Tesalonicenses 5:14.
En el informe sobre un estudio que se efectuó entre más de 500 personas, se llegó a la siguiente conclusión: “Para evitar la depresión, más que ánimo, fuerza de voluntad y una disposición alegre, a las personas tal vez les haga falta tener amistades y familiares íntimos que les presten apoyo.” En armonía con esto, el Dr. L. Cammer, muy conocido siquiatra, declaró: “Es vital que la persona deprimida tenga a su lado a alguien que no se ponga a sermonearle, que continúe siendo paciente.” Sí, puede que la persona deprimida aprecie profundamente el que uno haga un esfuerzo positivo por ayudarle, ya sea por medio de una llamada telefónica o una visita breve.
A cierta cristiana se le preguntó que cuál había sido el tratamiento que más le había ayudado. Ella contestó: “El mejor tratamiento fue el estar rodeada de mis hermanos y hermanas espirituales. De otro modo, jamás me hubiera recuperado. Nuestra congregación de Testigos desplegó amor, interés y comprensión. Aquello fue como una pared protectora.”
Claro, a veces es necesario ejercer firmeza junto con ternura al ayudar a la persona deprimida, puesto que ésta pudiera estar confundida en su manera de pensar. Tal vez sea necesario instarle bondadosamente a que dé un paseo con usted, haga alguna otra forma de ejercicio, se tome la medicina, o continúe participando en actividades que la edifiquen espiritualmente.
Cuando alguien es hospitalizado debido a una enfermedad física, recibe una serie de porciones pequeñas de comida en vez de solo unas cuantas porciones grandes. Tal vez sea necesario hacer lo mismo para ayudar a la persona deprimida a alimentarse espiritualmente. Puede ser que el cónyuge o un amigo que se interese en dicha persona tenga que ejercer gran paciencia por medio de considerar brevemente las ‘buenas cosas’ espiritualesen varias ocasiones, en vez de tratar de tener una larga consideración bíblica, que quizás requirierademasiado esfuerzo por parte de la persona deprimida. Aun si ésta no responde a la instrucción, el amor que se le muestre tendrá su efecto.
Hasta que el trastorno haya completado su curso o responda al tratamiento médico, es necesario que otros ejerzan constante paciencia y comprensión. En ciertos casos, ninguna forma de tratamiento médico parece dar resultados. En tal situación se necesita ejercer gran paciencia junto con amor abnegado para ayudar a los afligidos hasta que Jehová sane toda enfermedad —tanto mental como física— en el venidero nuevo orden.—Revelación 21:3, 4.

Tomado de LA ATALAYA del  15- Octubre - 1982

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