“El que está andando con personas sabias se hará sabio.” (PROVERBIOS 13:20.)
LOS seres humanos somos como esponjas: absorbemos muchas cosas del ambiente que nos rodea. Muchas veces —a menudo sin darnos cuenta— adoptamos las actitudes, las normas, las virtudes y hasta los defectos de la gente con la que más nos relacionamos.
La Biblia señala una realidad innegable: “El que está andando con personas sabias se hará sabio, pero al que está teniendo tratos con los estúpidos le irá mal” (Proverbios 13:20). La expresión que se utiliza en este versículo (“está andando con”) no se refiere al contacto ocasional, sino al compañerismo habitual. Un comentario bíblico dice lo siguiente sobre este pasaje: “Andar con alguien implica apego y estima”. ¿Y verdad que solemos imitar a quienes más apreciamos? Sin duda, cuanto más unidos estamos a una persona, más influye en nosotros, sea para bien o para mal.
Si queremos mantenernos en el amor de Dios, es esencial buscar buenas compañías. ¿Qué hay que hacer para encontrarlas? Sencillamente, amar a quienes Dios ama, aceptar como amigos a los amigos de Dios. Piénselo bien: estas personas tienen las cualidades que Jehová pide de sus amigos. ¿Qué mejor compañía puede haber?
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