Primero haz las paces con tu hermano (Mat. 5:24).
Muy probablemente, hacer las paces con un hermano ofendido pondrá a prueba nuestra humildad. La persona humilde no discute con sus hermanos en la fe para hacer valer los derechos que supuestamente tiene. Eso crearía un ambiente tenso, parecido al que existió entre algunos cristianos de la antigua ciudad de Corinto, a quienes el apóstol Pablo escribió estas profundas palabras: “Significa del todo derrota para ustedes el que estén teniendo litigios unos con otros. ¿Por qué no dejan más bien que les hagan injusticias?” (1 Cor. 6:7). Jesús no dijo que debemos ir a hablar con nuestro hermano a fin de convencerlo de que nosotros tenemos la razón y él está equivocado. Más bien, nuestro objetivo debe ser restaurar la paz que se ha perdido. Debemos expresar con sinceridad lo que pensamos, pero también debemos reconocer que la otra persona se siente herida. Y, por supuesto, si hemos actuado mal, tenemos que disculparnos humildemente.
Thursday, November 4
First make your peace with your brother.—Matt. 5:24.
Making peace with an offended brother is likely to test our humility. Humble people do not argue or contend with fellow believers in an effort to establish supposed rights. That would create an unwholesome state of affairs—one similar to that once existing among Christians in ancient Corinth. Concerning that situation, the apostle Paul made this thought-provoking point: “It means altogether a defeat for you that you are having lawsuits with one another. Why do you not rather let yourselves be wronged?” (1 Cor. 6:7) Jesus did not say that we should go to our brother just to convince him that we are right and he is wrong. Our objective should be to restore peaceful relations. To make peace, we must honestly express how we feel. We also need to acknowledge that the other person’s feelings have been hurt. And if we have been in error, surely we will want to apologize in a humble way.
No comments:
Post a Comment