“El pobre es rico cuando está feliz con lo que tiene, y el rico es pobre cuando nada de lo que tiene lo hace feliz.” (Benjamin Franklin, político y científico estadounidense)
MUCHA gente ha comprobado que la felicidad no depende de cuánto uno tenga. Aun así, cuando miramos a nuestro alrededor, vemos multitud de personas descontentas: porque no tienen más bienes, porque no alcanzan suficientes logros o sencillamente porque no llevan el nivel de vida del vecino. Tal vez usted mismo haya notado la presión de algunos de los siguientes elementos:
• La publicidad, que nos recuerda constantemente que nos falta algo más para ser felices.
• La competitividad entre compañeros de trabajo o estudios, que nos obliga a querer ser los mejores.
• La ingratitud de los demás.
• La actitud ostentosa de quienes nos rodean, a veces de nuestros propios amigos.
• La falta de respuestas a las preguntas importantes de la vida.
Ante semejante situación, ¿será posible vivir satisfechos con lo que tenemos? El apóstol Pablo dijo conocer “el secreto” para ser feliz. Hubo ocasiones en las que vivió en la abundancia, y otras en las que pasó necesidad. Fue admirado por muchos, y despreciado por otros tantos. A pesar de todo, dijo: “He aprendido a estar contento en todas las circunstancias” (cursivas nuestras; Filipenses 4:11, 12, Nueva Versión Internacional, 1979).
Por tanto, el secreto de la felicidad no solo existe, sino que se puede aprender. En la Biblia se explican cinco claves para vivir felices en este mundo descontento.
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