SADRAC
Nombre babilonio de un exiliado judío ascendido a una posición elevada en el gobierno de Babilonia. A Sadrac, Mesac y Abednego, los tres compañeros de Daniel, siempre se les menciona juntos y siempre aparece primero el nombre de Sadrac, quizás debido a que sus nombres hebreos correspondientes, Hananías, Misael y Azarías, siempre aparecen en orden alfabético hebreo. Recibieron los nombres babilonios cuando los llevaron a aquel país. Allí se les preparó, pues se observó que eran jóvenes saludables, bien parecidos e inteligentes. Al final de los tres años de estudio, Sadrac, Mesac y Abednego resultaron ser diez veces mejores que los sabios de Babilonia. Con toda certeza tenían la bendición de Jehová, que en parte se debió a su firme negativa a contaminarse con los manjares exquisitos de Babilonia. (Da 1:3-20.) La siguiente responsabilidad que se registra que recibieron fue la administración del distrito jurisdiccional de Babilonia. (Da 2:49.) Perdieron temporalmente el favor del rey cuando se negaron a inclinarse ante su gran imagen, pero después que Jehová los sacó ilesos del horno ardiente, se les volvió a poner en su posición anterior. (Da 3:1-30.)
MESAC
Nombre babilonio que el oficial principal de la corte de Nabucodonosor dio a Misael, compañero de Daniel. El significado de este nuevo nombre es incierto, pero quizás hiciera referencia a Aku, una deidad sumeria.
Mantiene integridad durante su juventud. A Mesac (Misael) se le llevó cautivo desde Jerusalén a Babilonia junto con otras personas, entre ellas Joaquín, en el año 617 a. E.C. A Misael, Azarías, Hananías y Daniel se les sometió a un período de aprendizaje de tres años en la corte real, y al final del mismo superaron a los propios consejeros del rey. (2Re 24:1, 6, 8, 12-16; Da 1:1-7, 17-20.) Durante este tiempo, su devoción a Dios permaneció inquebrantable, pues hasta rehusaron contaminarse con los manjares del rey. (Da 1:8-16.)
Hay tres posibles razones para que consideraran ‘contaminados’ los manjares del rey: 1) los babilonios comían animales que de acuerdo con la ley de Moisés eran inmundos, 2) no siempre los desangraban bien y a veces posiblemente los estrangulaban y 3) los paganos solían sacrificar animales a sus deidades, y para ellos comer aquella carne formaba parte de su adoración. (Da 1:8; compárese con 1Co 10:18-20, 28.)
Daniel alcanzó luego un puesto gubernamental elevado en la corte del rey, y a petición suya, Nabucodonosor nombró a Mesac, Sadrac y Abednego sobre la administración del distrito jurisdiccional de Babilonia. (Da 2:48, 49.)
Se niega a inclinarse ante la imagen. La atención del rey se centró de nuevo en Mesac y sus dos compañeros, cuando se negaron a inclinarse ante la colosal imagen que Nabucodonosor había erigido delante de los restantes funcionarios del gobierno. Tenían plena fe en Jehová, por lo que rehusaron adorar a los dioses del rey. Fuera que Dios los librase del horno ardiente o no, mantendrían su integridad más bien que transigir para que se les librara. (En Heb 11:34, 35 se habla de los que “detuvieron la fuerza del fuego” y que “rehusaron aceptar la liberación por algún rescate, con el fin de alcanzar una resurrección mejor”.) Debido a la fe que mostraron, Jehová utilizó un ángel para salvarlos. De hecho, cuando salieron, “el olor del fuego mismo no les había venido”. Nabucodonosor, que se había encolerizado tanto que antes de arrojar en el horno a los tres hombres, había ordenado que se calentara siete veces más de lo usual, reconoció entonces el poder del Dios de ellos para librarlos. Además, emitió una orden para que se desmembrase a cualquiera que dijese algo malo contra el Dios de Mesac y se convirtiera su casa en excusado público. (Da 3:1-30.)
ABEDNEGO
(probablemente: Siervo de Nebo [un dios babilonio]).
Nombre dado a Azarías, uno de los jóvenes de la nobleza judía que Nabucodonosor hizo cautivos en el año 617 a. E.C. (Da 1:3, 4, 7.)
Algunos doctos opinan que “Nego” es un cambio intencionado del nombre del dios babilonio Nebo, hecho con el fin de no ofender a Azarías. (Véase NEBO núm. 4.) El nombre Azarías significa “Jehová Ha Ayudado”, y parece que estos jóvenes hebreos continuaron usando sus nombres originales entre sí. (Da 2:17.) En Babilonia, Azarías, Daniel, Hananías y Misael pasaron con éxito un curso preparatorio de tres años y un examen que realizó Nabucodonosor en persona. Antes de eso ya habían demostrado su integridad religiosa en asuntos de alimento y bebida. (Da 1:4, 5, 8-20.) Más tarde, por solicitud de Daniel, el rey hizo que Azarías y sus dos compañeros fuesen administradores del distrito jurisdiccional de Babilonia. (Da 2:49.)
Tiempo después, ciertos caldeos denunciaron a Abednego (Azarías) y a sus dos compañeros hebreos ante el rey porque rehusaron inclinarse delante de la imagen de oro que aquel había erigido al oír el sonido de determinados instrumentos. (Da 3:5, 8, 12.) Cuando el airado rey los interrogó, rehusaron con firmeza violar su conciencia y expresaron su fe en Jehová, por lo que Nabucodonosor hizo que se les arrojara a un horno sobrecalentado, donde el ángel de Dios los protegió milagrosamente. Estremecido, el rey mandó salir del horno a los tres hombres, y se les restauró al favor real delante de otros funcionarios de la corte que vieron que habían salido indemnes.
Los tres hebreos salen con vida del horno ardiente (3:1-30). Nabucodonosor erige una tremenda imagen de oro, de 60 codos (27 metros [88 pies]) de altura, y ordena a los gobernantes del imperio que se reúnan para dedicarla o inaugurarla. Al sonido de música especial, todos han de caer al suelo y adorar la imagen. Cualquiera que no lo haga ha de ser arrojado en el ardiente horno de fuego. Se informa que Sadrac, Mesac y Abednego, los tres compañeros de Daniel, no han obedecido. Por eso se les lleva a donde el rey, que los recibe encolerizado, y ellos dan este valeroso testimonio: “Nuestro Dios a quien servimos puede rescatarnos. [...] La imagen de oro que has erigido ciertamente no adoraremos” (3:17, 18). Hirviendo de furor, el rey ordena que el horno sea calentado siete veces más de lo acostumbrado, y que se ate a los tres hebreos y se les arroje dentro. Cuando los que obran como ejecutores hacen esto, la llama los mata a ellos. Nabucodonosor se asusta. ¿Qué es esto que ve en el horno? Hay cuatro hombres paseándose sin daño en medio del fuego, y “la apariencia del cuarto se asemeja a un hijo de los dioses” (3:25). El rey les pide a los tres hebreos que salgan del fuego. Ellos salen, y resulta que no están ni siquiera ligeramente quemados, y no tienen sobre sí el olor del fuego. Como resultado de la posición que con valor adoptaron a favor de la adoración verdadera, Nabucodonosor proclama libertad de adoración para los judíos por todo el imperio.
Todas estas historia guardan su misterio, tinen un significado solo hay que saber encontrarlo.
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