Ni comen el pan ni toman el vino
TESTIGOS DE JEHOVÁ SOLO RECUERDAN ESTE RITO DE LA MUERTE DE JESÚS UNA VEZ AL AÑO
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Para los Testigos de Jehová el pan y el vino están reservados para los que gobernarán el cielo con Dios. MI DIARIO | Ricardo Iturriaga |
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Las celebraciones son sobrias y en famila. MI DIARIO | Ricardo Iturriaga |
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Son conocidos por sus evangelizaciones en las calles y venta de revistas. MI DIARIO | Ricardo Iturriaga |
Es conocida en diferentes partes del mundo por sus normas que exhortan a no celebrar fiestas como Navidad ni cumpleaños, rechazar las transfusiones de sangre, desconocer la Trinidad y por estimar que Jesús es el arcángel Miguel, entre otros aspectos, considerados polémicos. La congregación de los Testigos de Jehová tiene su forma muy particular de celebrar la Semana Santa.
“La Biblia nos enseña que Jesucristo celebró la cena del Señor”.
Frank Lee
Anciano
“Jesús se sacrificó para rescatarnos del pecado y hay que meditar en ello”.
Ricardo León
Anciano |
Esta organización religiosa, cuyos miembros se ven a diario en las calles en su labor evangelizadora de puerta en puerta y distribuyendo revistas como “La Atalaya”, se adelanta cada año para conmemorar la muerte de Jesús.
Y es que a diferencia de los católicos y evangélicos, el día establecido mundialmente para dicha celebración fue el pasado martes 30 de marzo.
En Panamá, los Testigos de Jehová recordaron dicho acontecimiento a las 6:00 p.m., después de la puesta del sol - el 14 de Nisán-, siguiendo el cálculo del calendario judío que era común en el primer siglo.
Es importante señalar que el día judío comienza con la puesta del sol, y se extiende hasta la siguiente puesta del astro mayor, de modo que de acuerdo con dicho calendario, Jesús murió el mismo día en que instituyó la conmemoración.
No comen pan ni toman vino
En la solemne ceremonia, el pan y el vino, símbolos del Cuerpo y la Sangre de Cristo, no son ingeridos por los miembros de la congregación. Estos elementos son simbólicos y los integrantes solo los observan al ser pasados de mano en mano por toda la iglesia en una pequeña bandeja y una copa.
“Este privilegio es solo para los 144 mil que gobernarán con Jehová en los cielos. El resto, las otras ovejas que no son de este redil y que vivirán para siempre en la nueva tierra no los toman”, afirmó la periodista y miembro de esa organización Isela Bazán.
En el Salón del Reino de los Testigos de Jehová, ubicado en Calle 70 Carrasquilla, a las 5:30 p.m. empezaban a llegar los miembros de la congregación vestidos casi de gala, porque a las 6:00 en punto iniciaría el servicio que duraría una hora.
A la entrada del templo de forma muy amable recibían a los asistentes con un apretón de manos, era un ambiente casi de fiesta familiar.
El anciano (cargo que se les da a los líderes de esta organización) Frank Lee inició con una oración, seguida de la entonación del cántico #8 “La Cena del Señor”, mientras que las notas dulces de un piano se dejaban sentir suavemente al fondo del recinto.
Ocho minutos después, Ricardo León, otro de los ancianos, fue llamado por Lee para que compartiera el esperado “discurso”, acto cumbre de la reunión donde se recordaría la muerte de Cristo.
“En esta sencilla pero significativa ceremonia, todos estaban invitados a reflexionar en el sacrificio que hizo Jesús por nosotros hace más de dos mil años”, proclamó León.
Una sola vez
Al finalizar la reunión, el anciano Lee explicó que ellos conmemoran de forma muy sencilla este acontecimiento y que es el único día en que lo hacen a diferencia del resto de las iglesias que realizan sus programas el viernes.
“Es la única vez en el año en que se sirve el pan y el vino para conmemorar el sacrificio de Jesús”.
Aclaró, además, que ellos reconocen a Jesús como el Hijo de Jehová Dios y no como quienes señalan que lo ven como un profeta más y que para ellos es más significativa su muerte que su nacimiento, lo que explica el porqué no celebran la Navidad.
En tanto, en una de sus revistas, que regalan al público, sustentan que Jesús es el arcángel Miguel antes de venir a la tierra y que una vez resucitó, volvió a los cielos, donde retomó su servicio como jefe de los ángeles para gloria de Dios Padre.
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