Carta de Jehová para los jóvenes
QUERIDOS JÓVENES DE LA CONGREGACIÓN:
Quiero empezar esta carta expresándoles mi amor, mi interés y profundo afecto por todos ustedes. No soy un desconocido para ustedes, estoy perfectamente al tanto de sus edades, sus gustos, sus metas, y sus inquietudes. Se muy bien cuales son las circunstancias que rodean sus vidas y los problemas y presiones a los que están sometidos. Se también que la época que les tocó vivir es la peor de la historia y les digo que aun no se ha puesto todo lo malo que se ha de poner.
Les escribo por varias razones:
1.- Para que recuerden que aunque no nos hemos visto nunca yo te veo y te oigo todos los días y conozco tus pasos y me gusta interesarme en ti… por eso quisiera que contaras conmigo aun más de lo que cuentas ahora. No quieras enfrentarte tu solo a tus problemas y necesidades cuenta conmigo para todo. No me desagrada que me cuentes las cosas, al contrario me gusta y lo espero. Si me abres tu corazón yo estoy dispuesto a ayudarte. Solo tienes que probarme y si tú me eres fiel yo no te fallaré. Aun si te equivocas y tropiezas, yo te entenderé y te ayudaré a recuperarte.
2.- Les escribo también para expresarles la preocupación que tengo por ustedes. Entiéndeme, no es que no confíe en ustedes, en su lealtad y buen juicio. En ustedes confío, pero como veo últimamente tantos casos de jóvenes que caen en las trampas y en los engaños sutiles de este sistema de cosas, me da miedo que a algunos de ustedes les pudiera pasar también. No den nunca por sentado que como son jóvenes cristianos y tienen una educación basadas en mis principios nunca podrán tropezar. Nunca sobre valoren sus fuerzas, al contrario estén en guardia. Aprendan de los errores de los jóvenes que estaban con ustedes en las reuniones y hoy no están. ¿Qué les pasó? Fueron engañados, no se dieron cuenta de que estaban siendo entrampados y cuando se dieron cuenta ya no tenían fuerzas para desear estar otra vez con ustedes.
3.- También les escribo para que sepan lo orgulloso que me siento de ustedes, de contarlos como mis testigos, veo los esfuerzos que hacen para mantenerse sanos, por ser fieles a mi. Tienen una conciencia bien entrenada y aunque no les resulta fácil mantener integridad. Veo su fidelidad en las cosas pequeñas, en su vocabulario diferente al mundo, en su buen comportamiento en casa, en la escuela, en el trabajo, en su manera de vestir. Cuando salen a predicar realmente no se pueden imaginar como se agranda mi corazón y crece mi satisfacción, son pocos los jóvenes valientes que quieren hacer eso hoy, la mayoría están ocupados por su disfrutar, por gozar aunque no saben muy bien de que.
4.- No tengan miedo por seguir en la senda de la vida, ¿no confían en mí? ¿Qué les he prometido yo? Que serán felices, que abriré mi mano y satisfaré el deseo de toda cosa viviente y por supuesto el de ustedes también. Todas las cosas buenas y rectas a las que aspiran están también a su alcance y yo les ayudaré a conseguirlas. La etapa de la vida que están pasando no es la mejor ni la peor tienen unos aspectos muy, muy bonitos, irrepetibles y tienen que aprender a aprovecharlos e ir madurando a medida que van creciendo, que aprendan a gozar las cosas que yo te ofrezco como joven sin las responsabilidades que los adultos tienen. No quieras precipitarte deseando alcanzar cosas propias de otras etapas de la vida. Esa etapa ya vendrá, termina de desarrollarte primero como hombre o mujer tanto en sentido físico como espiritual.
No te dejes influenciar por la propaganda, ni por lo que ves hacer a otros jóvenes de tu edad. Se están equivocando, sus bailes, sus risas y sus prácticas son el “maquillaje” con el que tapan su desesperanza, su desilusión, su angustia y falta de metas.
Mantente ocupado dentro de la congregación y ve progresando en tu ministerio. No tengas amistades con los que no quieren saber nada de mí, persevera hasta el fin y yo te daré todo lo que necesitas.
Cuando estés desanimado o confuso, cuando el mundo se ponga delante de ti y te tiente con alguna cosa que yo desapruebo. Piensa en mí y en nuestra amistad y en quien te ofrece más, el mundo o yo, piensa en quien te ama más, el mundo o yo.
Piensa que por un rato de placer pudieras pagar con remordimiento, con vergüenza y hasta con la vida misma ¿vale la pena? No!.
Todas las instrucciones que les doy a través de sus padres, sus ancianos y la congregación son para su bien. Recuerden que hasta mi hijo tuvo que aprender a obedecer y tuve que permitir que aprendiera en circunstancias muy dolorosas. No se pueden imaginar lo que yo sufrí en aquella ocasión. Pero valió la pena, para él esa experiencia fue como madurar, aprender a través de penalidades. Ahora esta aquí conmigo preparando el lugar donde todos ustedes en compañía de sus seres queridos podrán disfrutar de la vida de verdad, de la vida para siempre.
Ya me voy a despedir; no sin antes repetirles mi gran preocupación por ustedes. Cuídense mucho.
Disfruten mucho como jóvenes que son, pero disfruten dentro de mi pueblo con la educación que le estoy dando. Háblenme a diario los espero sinceramente y no se dejen engañar por lo que el mundo les ofrece. Aprendan a ver las trampas de lejos y huir de ellas. Estudien, lean el alimento espiritual que les ofrezco para que estén fuertes. Lucha por conseguir la vida eterna que te ofrezco, yo te ayudaré a conseguirla y… sabes que no miento.
CUÍDATE. CON TODO MI AMOR, tu Magnifico Creador.
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