“Hagamos lo Sumo posible” como el Koi"
UN PRECURSOR, o ministro de tiempo completo, de Japón escribió: “Hace unos años muchos pensábamos que solo los que disfrutaban de circunstancias especiales podían ser precursores. Parece que estábamos equivocados. Vamos viendo que son solo los que se hallan en circunstancias especiales quienes no pueden ser precursores”.
Un conocido dicho famoso reza: “En la medida en que servimos Mas, creceremos y recibiremos mucho Mas gozo y felicidad”.
Esto lo representa un pez de agua dulce conocido como el Pez Koi (Carpio japonés). Los kois del Japon コイ Koi, "carpa", son unos peces que existen en diferentes variedades y que poseen una notable capacidad de ser resistentes..Pero lo que resulta más interesante sobre estos peces es que su desarrollo y crecimiento está muy relacionado con la resistencia que tienen a la variedad de condiciones climáticas de las aguas. Puede crecer MUCHO MAS siendo capaz de vivir en aguas salobres, con una temperatura entre 2 y 25 C. Pero también puede HACER MUCHO MAS al sobrevivir las aguas estancadas o lentas de las regiones templadas de Europa y Asia.
Las aguas en las que se desarrolla este pez pudieran representar las diferentes facetas de nuestro ministerio teocrático. Tal como este Pez que representa el gozo, puede desarrollarse y crecer MUCHO independientemente de la variedad de condiciones del agua en donde le toca crecer… así podemos ser nosotros los cristianos. Podemos hacernos resistentes a las diferentes condiciones, independientemente del agua de servicio cristiano en donde se nos coloque. Solo así, lograremos crecer y desarrollarnos espiritualmente.
Realmente, en vista de que Jehová está acelerando la obra, ahora es el tiempo para que ‘HAGAMOS LO SUMO POSIBLE’ tal como lo hace este pez Koi, por declarar las Buenas Nuevas y asi poder experimentar lo que significa recibir MUCHO MÁS a medida que nos esforzamos por aumentar nuestra participación en el servicio del Reino, sea cual sea nuestra circunstancia.
“Haz lo sumo posible para presentarte aprobado a Dios, trabajador que no tiene de qué avergonzarse”, (2 Tim. 2:15a)
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