Él mismo conoce bien la formación de nosotros, y se acuerda de que somos polvo (Sal. 103:14).
Jehová no espera de nosotros perfección absoluta; él no nos pide imposibles (Sant. 3:2). Lo que sí espera es que seamos íntegros. ¿Qué diferencia hay, entonces, entre perfección e integridad? Pongamos un ejemplo. Pensemos en un novio que está a punto de casarse. Sería absurdo que esperara perfección de su futura esposa. Sin embargo, sí sería lógico que esperara que ella lo amara con todo el corazón y que su amor solo fuera para él. Algo parecido sucede con Jehová: él “exige devoción exclusiva” (Éxo. 20:5). Aunque no espera que seamos perfectos, sí espera que lo amemos con todo el corazón y que solo lo adoremos a él. En cierta ocasión, Jesús dijo: “Ustedes, en efecto, tienen que ser perfectos, como su Padre celestial es perfecto” (Mat. 5:43-48). Al decir que los seres humanos debemos ser perfectos, es evidente que Jesús estaba hablando en términos relativos, pues sabía bien que somos imperfectos.
Wednesday, June 30
He himself well knows the formation of us, remembering that we are dust.—Ps. 103:14.
Jehovah does not expect us to be perfect in the absolute sense. He never expects more of us than we can do. (Jas. 3:2) Still, he does expect us to keep integrity. Is there a difference, then, between perfection and integrity? Yes. To illustrate: A young man loves a young woman whom he is going to marry. He would be foolish to expect her to be perfect. Yet, he would be wise to expect her to be wholehearted in her love for him, that is, to have romantic love for him alone. In a comparable way, Jehovah is “a God exacting exclusive devotion.” (Ex. 20:5) He expects us, not to be perfect, but to love him wholeheartedly, giving worship to him alone. Jesus did say: “You must accordingly be perfect, as your heavenly Father is perfect.” (Matt. 5:48) He evidently understood that even imperfect humans can be complete, or perfect, in a relative sense.
No comments:
Post a Comment