Los hijos son una herencia de parte de Jehová (Sal. 127:3).
Algunas parejas se convierten en padres cuando ellos mismos apenas acaban de salir de la adolescencia. Todavía no han tenido suficiente tiempo para conocerse bien el uno al otro cuando llega el bebé. Como el recién nacido necesita atención las veinticuatro horas, lógicamente la madre se concentra en atenderlo, y eso a veces hace que el joven esposo sienta celos. Además, las noches sin dormir los deja agotados, lo que aumenta las tensiones en su relación. La joven pareja de repente se da cuenta de que ha perdido gran parte de su libertad. Ya no pueden ir a lugares adonde iban antes o hacer cosas que hacían antes. Ahora bien, ¿cómo deberían ver su nueva situación? Hacen los ajustes necesarios para afrontarla de manera responsable. El padre y la madre se esfuerzan siempre por cumplir con las obligaciones que conlleva ser “padres en unión con el Señor” (Efe. 6:1).
Monday, June 14
Sons are an inheritance from Jehovah.—Ps. 127:3.
Some couples who marry young find themselves expecting a child when they themselves are barely out of adolescence. They have not really had time to get to know each other properly before the arrival of the baby, who requires attention 24 hours a day. When the newborn quite naturally becomes the primary object of the mother’s attention, the young husband may feel jealous. Furthermore, sleepless nights can create tension and stress that put a strain on the couple’s relationship. They suddenly realize that they have lost much of their freedom. Now they cannot go places and do things as freely as they did before. How should they view their changed situation? They should do their utmost to deal with any necessary adjustments in a responsible way. A Christian mother and father will strive to assume their duties as “parents in union with the Lord.”—Eph. 6:1.
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