Las noticias sobre conflictos graves y sucesos terribles inundan los informativos del mundo entero. ¿Cuál es el verdadero significado de tales hechos?
SEGURIDAD PERSONAL. Atentados con bomba en varios mercados. Maestros y alumnos tiroteados en una escuela. Raptan niños en un descuido de los padres. Mujeres y ancianos asaltados a plena luz del día.
PANORAMA RELIGIOSO. Las iglesias respaldan a las facciones en conflicto. Clérigos acusados de genocidio. La Iglesia encubre a sacerdotes culpables de abuso sexual de menores. La escasa asistencia a los servicios religiosos provoca la venta de iglesias.
MEDIO AMBIENTE. Los intereses comerciales aceleran la deforestación. Comunidades pobres talan bosques enteros para conseguir combustible. La contaminación de acuíferos afecta a la potabilidad del agua. Los residuos industriales y ciertas técnicas modernas de captura ocasionan graves daños a la pesca. Asfixiante contaminación ambiental.
ECONOMÍA FAMILIAR. La renta per cápita en el África subsahariana no supera los 480 dólares anuales. La avaricia de algunos directivos causa la quiebra de sus empresas dejando a miles de empleados en la calle. Inversores estafados pierden los ahorros de toda una vida.
ESCASEZ DE ALIMENTOS. En todo el mundo, unos ochocientos millones de personas se acuestan con el estómago vacío.
GUERRAS. Los conflictos bélicos del siglo XX se cobraron más de cien millones de vidas. Hay armas nucleares suficientes para aniquilar a la humanidad varias veces. Guerras civiles. El terrorismo se ha convertido en una amenaza mundial.
EPIDEMIAS Y DIVERSAS ENFERMEDADES. A partir de 1918, la gripe española causó 21.000.000 de muertes. El sida es ya “la pandemia más devastadora de la historia”. El sufrimiento que causan el cáncer y las enfermedades cardíacas no conoce fronteras.
Procure ver el trasfondo de estas noticias. ¿Se trata de hechos aislados? ¿O constituyen un entramado mundial con un significado de mayor trascendencia?
[Ilustración y recuadro de la página 5]
¿Se interesa realmente Dios por nosotros?
Muchas personas que viven angustiadas por los terribles sucesos mundiales o que han sufrido graves pérdidas se preguntan por qué Dios no hace nada al respecto.
Dios sí se interesa por nosotros. Él nos ofrece guía confiable y verdadero alivio (Mateo 11:28-30; 2 Timoteo 3:16, 17). Ya ha tomado las medidas oportunas para erradicar la violencia, la enfermedad y la muerte. Dichas medidas muestran su interés por la gente, no de un solo país, sino de toda nación, tribu y lengua (Hechos 10:34, 35).
¿Cuánto nos interesamos nosotros por Dios? ¿Sabemos quién es el Creador del cielo y la Tierra? ¿Cómo se llama? ¿Conocemos sus propósitos para la humanidad? Las respuestas a estas preguntas están en la Biblia, donde Dios mismo nos explica los pasos que está dando para eliminar tanto la violencia como las enfermedades y la muerte. ¿Qué debemos hacer para beneficiarnos de estas reformas? Conocer al Creador y sus propósitos y, por supuesto, tener fe en él (Juan 3:16; Hebreos 11:6). Además, es necesario obedecer sus mandamientos (1 Juan 5:3). ¿Está usted dispuesto a hacerlo y demostrar así su interés por el Altísimo?
Para saber por qué permite Dios las condiciones actuales, debemos comprender una cuestión de suma importancia que se explica en las Escrituras y se expone en la página 15 de esta publicación.
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