“No juren de ninguna manera”
DESPUÉS de considerar el adulterio y el divorcio, Jesús dirigió su Sermón del Monte al tema de las declaraciones juradas. Dijo: “Otra vez oyeron ustedes que se dijo a los de laantigüedad: ‘No debes jurar y no cumplir, sino que tienes que pagar tus votos aJehová.’”—Mat. 5:33.
Los judíos que oían a Jesús sabían que, por lo que decía la ley mosaica, sus antepasados habían oído mucho acerca de hacer declaraciones juradas. A veces, el jurar era obligatorio. (Éxo. 22:10, 11; Núm. 5:21, 22) Repetidamente la Palabra de Dios da énfasis a la importancia de cumplir los votos hechos.—Núm. 30:2, 3; Deu. 23:21-23; Ecl. 5:4, 5.
“Sin embargo, yo les digo,” continuó Jesús: “No juren de ninguna manera, ni por el cielo,porque es el trono de Dios; ni por la tierra, porque es el escabel de sus pies; ni por Jerusalén,porque es la ciudad del gran Rey. Ni por tu cabeza debes jurar, porque no puedes volverblanco o negro un solo cabello.”—Mat. 5:34-36.
¿Era la intención de Jesús abolir todos los juramentos y votos? No, porque la ley de Dios que mandaba jurar en ciertas ocasiones todavía estaba en vigor. (Gál. 4:4) Cuando estuvo siendo sometido a juicio delante del sumo sacerdote, Jesús mismo no objetó a que se le pusiera bajo juramento. (Mat. 26:63, 64) Cuando Jesús dijo que la gente ‘no debe jurar de ninguna manera,’ se estaba refiriendo a un deterioro y perversión del hacer juramentos. ¿Por qué?
Las declaraciones juradas que se mencionan favorablemente en la Biblia siempre tenían que ver con asuntos de gran importancia, como decisiones que tenían que ver con la adoración verdadera, el hacer pactos y testificar en audiencias judiciales. (Gén. 24:2-4, 9; 31:44, 50, 53; Éxo. 22:10, 11) Sin embargo, con el transcurso del tiempo los judíos llegaron a acostumbrarse a hacer votos respecto a una amplia variedad de asuntos cotidianos. Por ejemplo, escritos rabínicos antiguos mencionan el hecho de que algunos individuos hacían el voto de no dormir, no hablar, no andar y no tener relaciones sexuales con sus esposas. Se hacían muchos votos por medio del uso de la palabra “corbán,” que significaba “un don dedicado a Dios.” Se creía que por pronunciar esta palabra la gente podía declarar ciertas cosas tan prohibidas para ella misma u otras personas como los sacrificios del templo. Respecto a esto, Jesús dijo a los fariseos:
“Diestramente ponen ustedes a un lado el mandamiento de Dios para retener su tradición. Por ejemplo, Moisés dijo: ‘Honra a tu padre y a tu madre,’ y: ‘El que injurie a padre o a madre termine en muerte.’ Pero ustedes dicen: ‘Si un hombre le dice a su padre o a su madre: “Todo lo que tengo por lo cual pudieras sacar provecho de mí es corbán, (es decir, un don dedicado a Dios,)”’... ya no lo dejan hacer ni una sola cosa por su padre o su madre, y así invalidan la palabra de Dios por la tradición suya que ustedes transmitieron.”—Mar. 7:9-13.
También se había corrompido el método de hacer votos. En vez de seguir los ejemplos bíblicos de hacer declaraciones juradas en el nombre de Dios, se hizo popular el jurar “por el cielo,” “por la tierra,” “por Jerusalén” y hasta por la “cabeza” (o vida) de otro ser humano. (Deu. 6:13; Dan. 12:7) Entre las autoridades judías había controversia en cuanto a la validez de muchos votos que se hacían en el nombre de estas cosas creadas. Está claro que ciertas personas pensaban que podían retirar las declaraciones juradas con impunidad.—Compare con Mateo 23:16-22.
Sin embargo, Jesús mostró que, puesto que el cielo era “el trono de Dios,” la tierra “el escabel de sus pies” y Jerusalén “la ciudad del gran Rey,” el jurar por estas cosas era lo mismo que jurar en el nombre de Dios. (Isa. 66:1; Sal. 48:2) De manera similar, el hacer un voto por la “cabeza,” o vida, de alguien era lo mismo que hacer el voto en el nombre de Dios, puesto que él es el Autor y Sustentador de la vida; y ningún ser humano controla su vida hasta el grado de “volver blanco o negro un solo cabello.”—Sal. 36:9.
Después de desanimar el hacer juramentos promiscuamente, Jesús añadió: “Simplementesignifique su palabra Sí, Sí, su No, No; porque lo que está en exceso de esto proviene delinicuo.”—Mat. 5:37.
El hacer juramentos con frecuencia para añadir credibilidad a lo que se decía se hizo popular debido a lo mucho que se mentía y engañaba. Sin embargo, Jesús mostró que en la vida cotidiana un simple Sí o No debería ser completamente digno de confianza y no necesitar que se le reforzara adicionalmente con declaraciones juradas. Las personas que se ven obligadas a ir “en exceso” de esto por medio de estar continuamente ‘jurando’ lo que dicen, revelan que fundamentalmente no son dignas de confianza. Manifiestan el espíritu del “inicuo,” Satanás el Diablo, a quien la Biblia llama “el padre de la mentira.”—Juan 8:44; Sant. 5:12.
“Siempre que le hagas un voto a Dios, no titubees en pagarlo, porque no hay deleite en los estúpidos. Lo que prometes en voto, págalo. Mejor es que no hagas voto que el que hagas voto y no pagues.”—Ecl. 5:4, 5.
Nota: En realidad, tal hombre estaría diciendo a sus padres: ‘En cuanto a ustedes, mi propiedad es “corbán,” un don dedicado a Dios, y ustedes no pueden usarla ni beneficiarse de ella de ninguna manera.’ Al decir la palabra “corbán,” la persona no necesariamente dedicaba su propiedad a Dios. Por lo general la palabra significaba que la persona simplemente estaba haciéndola como un don dedicado a Dios, de modo que la persona o personas a quienes él hablaba no la usaran. En Life and Times of Jesus the Messiah (La vida y tiempos de Jesús el Mesías), Alfred Edersheim escribe: “No se puede negar que aquellos votos, con relación a los padres, tendrían poder de obligar, y que en realidad se hacían.”
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