El apóstol Pedro nos hace esta advertencia: “Mantengan su juicio, sean vigilantes”. ¿Por qué razón? Porque “[nuestro] adversario, el Diablo, anda en derredor como león rugiente, procurando devorar a alguien” (1 Ped. 5:8). ¿Estaremos nosotros entre las presas que él logrará atrapar? Mucho dependerá de cuánto nos hayamos esforzado por odiar el mal.
Cultivar odio por la maldad no es fácil. Somos imperfectos y vivimos en un mundo que apela a los deseos egoístas (1 Juan 2:15-17). Pero si imitamos a Jesucristo y nutrimos nuestro amor por Jehová, lograremos aborrecer el pecado. Es preciso que todos los cristianos “odien lo que es malo”. Por lo tanto, adoptemos la resolución de obedecer ese mandato, con la seguridad de que Jehová “[guarda a] los que le son leales; de la mano de los inicuos los libra” (Sal. 97:10).
No comments:
Post a Comment