“El alumno no es superior a su maestro, pero todo el que esté perfectamente instruido será como su maestro.” (LUCAS 6:40)
ALGUNOS padres no se sienten capacitados para hablar de Dios a sus hijos. Tal vez les parezca que les falta preparación académica o que no saben lo suficiente de religión. Como resultado, tienden a dejar esta tarea tan importante en manos de algún pariente o de un ministro religioso.
Pero ¿quién está en mejor situación para enseñar verdades religiosas y principios morales a los hijos?
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